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Capital político del gobierno

Capital político del gobierno
Mayor Felipe Camargo A., analista de Seguridad y Defensa.
Se cumplen 56 años del golpe militar del 11 de octubre de 1968. Los militares arrebatan por la fuerza de las armas el control de un país, inmerso en una gran crisis social, política e ideológica, una guerra fría en pleno auge, con un proceso de desgaste acumulado de años de malas administraciones de gobiernos democráticos.

Medio siglo después hay un escenario similar. El desgaste político de todos los partidos, con el PRD, fundado por los militares en 1979, con la mayor pérdida de su capital político.

Fue creado por los militares 11 años después del golpe  y, tras el llamado proceso revolucionario, se construyeron grandes obras públicas, para el beneficio de nuestro pueblo.

La fecha coincide con los primeros 100 días del nuevo gobierno del presidente José Raúl Mulino. Hay una sociedad profundamente dividida, la paz social está amenazada, aumenta la seguridad imperfecta, son notorias las cifras de aumento de los homicidios por sicarios. A eso s suma la miseria, falta de trabajo para los jóvenes, botadera en la empresa privada, grandes dificultades para el panameño común como el pésimo servicio de agua, electricidad, calles en malas condiciones e inseguridad. Hay un malestar social acumulado en nuestro pueblo.

El balance de poder y la correlación de fuerzas tradicionales hegemónicas de están enfrentadas, ante temas de interés nacional. Hay radicalismo, poca confianza. La Izquierda intentando robarse el mandado.

Existe un escenario regional y mundial prebélico. Guerra caliente. El mundo está en estado de guerra, nuestro principal aliado los Estados Unidos mantiene varios frentes de guerra activos: Ucrania, Medio Oriente, Irán y la China con un conflicto potencial de guerra en el Indo Pacifico.

El general Omar Torrijos lanzó con sus luces largas, una consigna válida “Panamá está bajo el paraguas del Pentágono”. Esa afirmación está vigente actualmente.

Un ejemplo es que el centro financiero se fundó en 1970, casi al inicio del proceso revolucionario, de la mano con la visión estratégica del poder económico de Wall Street, combinado con el poder militar y los establishments de poder permanente en  Estados Unidos.

Las luces largas del general Torrijos  prevalecen y están vigentes en la actualidad.

Hoy medio siglo después y con un periodo de más de 35 años post invasión, donde subieron al poder por las armas producto de la invasión militar de los Estados Unidos 1989, una clase política y poderes económicos que fueron derrotados en 1968. Panamá presenta similares condiciones de deterioro y agotamiento político, social y económico.

El panorama actual mundial es de guerras en desarrollo, frentes de batalla en apariencia lejanos de Panamá, pero su desarrollo nos está afectando.

Irán nos considera sus enemigos desde cuando el general Torrijos le dio asilo, a solicitud expresa del presidente Jimmy Carter, al Sha de Irán Mohammad Reza Pahlevi cuando fue derrocado por la revolución islámica en 1979.

La corrupción está marcando alto en las encuestas, producto del encubrimiento de los sucesivos gobiernos post invasión, que actúan protegiendo al anterior.

Ese es el caso del expresidente Nito Cortizo y el PRD, que  protegió al expresidente Juan Carlos Varela y funcionarios de ese gobierno.

No hay certeza del castigo para los políticos. El modus operandi es denunciar las tropelías de los gobiernos salientes, pero no se reflejan, no se materializan en detenciones e investigaciones del robo, despilfarro y la corrupción.

Es un cuento, un mareo al pueblo. Como dirán: Cuento es lo que no se quiere.

Esa situación se observa hoy cuando en conferencias de prensas salen gritando ministros, directores el robo descarado de vigas en el MOP, más de 100 muertos cobrando en el MEDUCA, el escándalo de las perforadoras en el MINSA, el desgreño del IFARHU.

Frente a la incapacidad del Ministerio Público donde un fiscal de drogas que manejaba casos de alto perfil (Operación Jericó) renunció y se fue a trabajar con el crimen organizado y no pasa nada en Panamá.

Esa poca confianza se refleja en las encuestas, una justicia ineficaz, lenta, tardía.

El presidente Mulino tiene la buena voluntad de enrumbar la nación por mejores senderos de los que está actualmente.

A pesar de su liderazgo, no tiene en los 100 primeros días el control del Estado, le falta equipo humano, no tiene escuderos, le falta un alineamiento estratégico común.

Tiene limitaciones presupuestarias, carece de un capital político consolidado, fundamental para poder gobernar.

Esa falencia estratégica pero real se puede corregir.  Su primer paso es ganarse la confianza del pueblo y que sea el respaldo del pueblo panameño el que le dé su confianza.

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