Una conflictiva disposición para comprar Biblias para las escuelas públicas establecía requisitos que solo se ajustaban a los ejemplares de Trump
En el discurso político y electoral de Donald Trump suelen entrar los fieros ataques a China como una nación que roba los trabajos estadounidenses y las promesas de imponer más aranceles a las importaciones del país asiático si vuelve a la Casa Blanca. China es, no obstante, donde se producen las Biblias “Dios bendiga a Estados Unidos” que el expresidente y candidato republicano está promocionando y que se venden a un precio mínimo de $59.99 dólares, muy por encima de los $3 que cuesta la producción de cada ejemplar, informaron medios de prensa internacional.
Eso es lo que revelaba este miércoles una investigación de la agencia Associated Press, que a través de registros comerciales de importaciones ha identificado que en febrero y marzo una compañía de impresión en Hangzhou realizó tres envíos a Estados Unidos con casi 120,000 de las Biblias. Con la venta al precio mínimo (porque hay una edición autografiadla que cuesta $1,000) el potencial beneficio de las ventas alcanza los $7.
No es la primera vez que se revela que productos promocionados o directamente vendidos por Trump se fabrican en China, incluyendo camisetas, corbatas, jerseys, gorras, cinturones o gafas de sol.
La Biblia que Trump promociona es una versión Reina-Valera, también conocida como Biblia del rey Jacobo, e incluye una copia de la Constitución, de la Declaración de Independencia, de la Carta de Derechos y del Juramento de Lealtad.
Esas Biblias de Trump se han visto envueltas en el centro de una tormenta en Oklahoma. Allí, este verano, el máximo responsable estatal de educación, Ryan Walters, una conflictiva figura ultraconservadora que está poniendo a prueba la separación iglesia y el Estado en la educación pública, dictó un mandato que obligaba a las escuelas públicas a incorporar la enseñanza de las escrituras a los alumnos de entre 10 años y el último curso de secundaria.
Esa directiva, que provocó el rechazo inmediato de muchos distritos escolares y fue criticada por numerosos grupos de derechos civiles, reservaba hasta tres millones de dólares para adquirir 55,000 ejemplares de Biblias y abrió un concurso.
Pero imponía como condiciones que debía ser la versión Reina-Valera, incluir los textos históricos fundacionales de Estados Unidos y estar encuadernada en “cuero o material similar para mayor durabilidad”.