Las actividades incluyen, el blanqueo de ganancias ilícitas, la actuación como informadores y la representación legal por medios poco éticos
Panamá es uno de los países con “mayor infiltración de actores criminales dentro del sector privado”, el cual debe reforzar su autorregulación y además exponer a los miembros que enferman el sistema, dijo a EFE Edgardo Sandoval Ramsey, coordinador regional para Centroamérica de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC).
La GI-TOC, una ONG con sede en Ginebra fundada en el 2013, se presenta como una red global con más de 600 expertos que analizan el crimen organizado en busca de respuestas. Elabora un Índice Mundial que mide a partir de “parámetros establecidos y data científica” este fenómeno en 193 países.
Entre otros, el Índice mide a cinco “actores criminales”, entre ellos los “actores del sector privado”, en una escala del uno al 10, representando uno, una influencia casi inexistente y 10 una profunda.
En el Índice se define al sector privado como los “individuos o entidades con ánimo de lucro que poseen, gestionan y controlan un segmento de la economía legal libre de propiedad o control estatal, que colaboran o cooperan con actores criminales de forma voluntaria, mediante coacción o negligencia. Las actividades incluyen, entre otras, el blanqueo de ganancias ilícitas, la actuación como informadores y la representación legal por medios poco éticos”.
Los “actores del sector privado” de Panamá aparecen con una puntuación de 8.5 o una “influencia profunda” de la criminalidad organizada. Es la más elevada de Centroamérica, donde le siguen Honduras con ocho puntos, Guatemala y Costa Rica, ambos con 6 puntos; El Salvador con 4.5 y Nicaragua con cuatro.
En el análisis actualizado del Índice, publicado por la Iniciativa en septiembre pasado, se explica que los actores del sector privado de Panamá “están fuertemente involucrados en actividades criminales, especialmente en delitos financieros y lavado de dinero”.
Eso ocurre por la condición que tiene Panamá de ser un ‘hub’ logístico y un país de servicios financieros, lo que “no es malo per sé, sino que lo hace atractivo para actores criminales”, explica Sandoval a EFE, en el marco de una visita a la capital panameña para participar en un foro sobre políticas públicas y estructuras financieras del crimen organizado, organizado por la ONG Espacio Cívico con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos.
Sandoval recalca que “existen empresas que colaboran queriendo colaborar con el crimen organizado”, y otras que lo hacen “sin saber”, lo que denota una “autorregulación laxa”.