Importadores costarricenses están pagando entre $1,000 y $1,500 por contenedor, costo adicional que trasladan a los consumidores
Ante la gravedad que se vive en Puerto Caldera, la terminal portuaria más importante de Costa Rica ubicada en Puntarenas, los importadores del país están optando por evitar su uso, informó el diario costarricense El Observador.
Por eso, pagan entre $1,000 y $1,500 adicionales por contenedor para que los barcos provenientes de todo el mundo descarguen sus mercancías en Panamá y luego trasladarlas a Costa Rica vía terrestre, por Paso Canoas.
Completar este proceso por vía terrestre es más rápido que esperar a que los barcos puedan desembarcar en Caldera, en Puntarenas, debido a la poca capacidad del puerto. Así lo señaló el presidente de la Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR), Arturo Rosales.
Al cierre del 2024 el colapso de esa terminal es quizás el principal problema del sector comercial del país.
“Una gran mayoría de los importadores que acostumbramos traer carga por Puerto Caldera, ante la situación de gravedad que estamos experimentando hoy en día, nos estamos viendo en la obligación de traerlo todo por Panamá a pesar de que es significativamente más alto“, comentó Rosales.
Ese pago adicional que están haciendo los empresarios se traslada al precio de los productos que finalmente se ofrecen en los anaqueles. En palabras de Rosabal “el gasto le cae a todas las familias costarricenses”.
“Ese es el costo de tener un puerto así de colapsado”, añadió.
Según el jerarca del sector comercial de Costa Rica la estrategia de bajar la mercancía en Panamá y traerla por la frontera en camiones de carga se intensificó de cara a Navidad, para evitar falta de productos en una época de alto consumo.
Comentó que el comerciante nacional está dispuesto a pagar lo que sea para poder traer sus productos, pero ese costo se trasladará a la ciudadanía.
Recientemente el gobierno anunció el inicio de la licitación internacional para contratar a la empresa que opere la terminal a partir del 2026, cuando vence el contrato con la actual administradora, la Sociedad Portuaria de Caldera (SPC).
Además, esa misma compañía tendrá que ejecutar las obras para construir la nueva terminal. Sin embargo, es posible que estos trabajos empiecen a tener efecto hasta el 2029.
Según cálculos propios la inversión necesaria para que haya una mejora en la terminal de forma paliativa es cercana a los $30 millones.