La oposición no logra la mayoría suficiente para investigar a la primera dama en medio de fuertes protestas en la calle
El boicot de la práctica totalidad de legisladores del partido gobernante en Corea del Sur, el Partido del Poder Popular (PPP), ha dado un balón de oxígeno al cuestionado presidente Yoon Suk-yeol, que ha evitado este sábado que salga adelante una moción para ser destituido tras su polémica declaración de la ley marcial para hacer frente a un supuesto intento de revertir el orden constitucional auspiciado por Corea del Norte, informó el diario español La Razón.
La iniciativa parlamentaria para apartar a Yoon del cargo comenzó a votarse pasadas las seis de la tarde hora local en medio de fuertes protestas en las calles contra el presidente, después de que este hubiera pedido perdón a la nación por las polémicas decisiones del pasado martes.
Pero pronto se comprobó que los diputados del partido en el gobierno habían decidido, en su mayoría, no participar en la votación. Con la presencia de menos de dos tercios de los legisladores de la Asamblea Nacional, la propuesta contra el presidente difícilmente podía salir aprobada al no ser posible el número de votos necesarios.
Después de que todos los diputados del PPP salvo dos abandonaran la cámara, estaba claro que la moción iba a fracasar incluso si éstos la respaldaban, como así ha sido.
Para que la moción de destitución saliera adelante necesitaba el respaldo de dos tercios de la cámara, lo que significa que el bloque opositor (con una holgada mayoría de 192 escaños) necesitaba al menos ocho votos adicionales de entre los 108 con los que cuenta el gobernante Partido del Poder Popular.
Previamente, la Asamblea Nacional surcoreana tampoco había logrado la mayoría suficiente para establecer una investigación sobre la primera dama, Kim Keon-hee. La moción para investigar a Kim obtuvo 198 votos a favor y 102 en contra, por lo que no alcanza la mayoría de dos tercios necesaria, e indica que solo seis miembros del gobernante Partido del Poder
Popular (PPP) apoyaron con su voto la iniciativa.
La votación estuvo precedida por una manifestación multitudinaria contra el presidente, que arrancó frente a la Asamblea Nacional de Corea del Sur, en Seúl.
La protesta, en la que participaron plataformas civiles y políticas, además de la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), el mayor grupo sindical del país, se realizó frente a la sede del órgano legislativo, y en medio de un gran despliegue de seguridad.
Algunos de los grupos participantes, entre ellos la confederación sindical, se concentraron en otros puntos de la capital antes de la protesta general y se desplazaron hasta la Asamblea en lo que llamaron una Marcha de Vigilia Nacional que podría prolongarse durante la tarde y la noche en función de los resultados de la votación de est sábado.
En la protesta participan ciudadanos venidos de otros puntos del país en viajes organizados por asociaciones civiles o grupos sindicales, mientras que en el distrito de Yeouido, donde se ubica la Asamblea, había centenares de policías desplegados para evitar incidentes.
Un hombre de unos 50 años fue detenido al inicio de la concentración después de tratar de inmolarse en las inmediaciones de la Asamblea Nacional, y tuvo que ser hospitalizado sin que haya trascendido su estado, según informó la agencia local Yonhap.
La República de Corea es regularmente objeto de escándalos de Estado: La expresidenta Park Geun-hye, fue destituida y encarcelada en el 2016 por abuso de poder tras un caso de tráfico de influencias.
En el 2019, le tocó el turno a un estrecho colaborador del presidente Moon Jae-in, acusado de fraude y corrupción. Irónicamente, el fiscal encargado de estos dos juicios era Yoon, cuya imagen de defensor de la libertad y la justicia contribuyó en gran medida a su elección.