El enviado de Trump aplaudió este lunes dicha decisión y aseguró que es un “gran paso adelante” para las relaciones bilaterales y para “un Canal de Panamá libre”.
El secretario de Estado, Marco Rubio, concluyó este lunes su visita oficial a Panamá tras lograr que el país centroamericano se haya comprometido a no renovar un acuerdo comercial con China y a trabajar con la Marina estadounidense para “optimizar la prioridad” del tránsito de sus buques por el Canal, informó la agencia EFE.
El gobierno de Panamá ha querido acercar posturas con Rubio en un intento de rebajar las tensiones por las amenazas de Donald Trump para “recuperar” el Canal por la supuesta presencia de China, negada por las autoridades panameñas y que parece tener su origen en la administración de empresas de Hong Kong en dos puertos cercanos a la vía.
Así, el epicentro de la visita de Rubio a este país, y también de su reunión con el presidente panameño, José Raúl Mulino, han sido la polémica alrededor de la vía interoceánica, China y la migración, otro asunto que marca la agenda del secretario de Estado en la gira que hace por Centroamérica.
Tras la reunión entre ambos funcionarios el pasado domingo, Panamá comunicó su intención de no renovar el acuerdo de cooperación económica con China sobre la Nueva Ruta de la Seda firmado en el 2017, bajo el mandato del entonces presidente Juan Carlos Varela, a quien el mismo Mulino ha culpado de esa crisis con Estados Unidos.
Rubio aplaudió este lunes dicha decisión y aseguró que es un “gran paso adelante para las relaciones Estados Unidos-Panamá, y para un Canal de Panamá libre”.
Así, ante las inquietudes expresadas por Estados Unidos sobre los dos puertos del canal, operados por una empresa con sede en Hong Kong, Mulino informó a Rubio en esa reunión que hay auditorías en curso y que no se puede pronunciar hasta que estas concluyan.
Mulino se refirió indirectamente a la empresa CK Hutchison Holdings, una multinacional con sede en Hong Kong que opera dos puertos en las entradas del Pacífico y del Atlántico del Canal, y que desde hace dos semanas está siendo auditada por las autoridades panameñas.
Pese a que el presidente panameño comunicó que la reunión fue “cordial y respetuosa”, Rubio lanzó un duro mensaje exigiendo a Mulino “cambios inmediatos” para contrarrestar la supuesta influencia china en el Canal.
Dos comunicaciones muy distantes tras el encuentro.
Culminada esa reunión, Mulino declaró que “la soberanía de Panamá no está en cuestión”, un mensaje que concuerda con su discurso desde que Trump amenazó con retomar el control estadounidense de la vía interoceánica.
Además, el mandatario panameño sintió que no hay “ninguna amenaza en estos momentos real contra el tratado, la vigencia, y mucho menos de uso de fuerza militar para apoderarse del Canal” y aclaró que “no cabe duda de que el canal es operado por nuestro país y así seguirá siendo”, dos de los grandes temores tras las intenciones de Trump.
Rubio también visitó el Canal y se reunió con las autoridades de la vía acuática, quienes se comprometieron a trabajar con la Marina estadunidense para “optimizar la prioridad en el tránsito de sus buques” a través de la vía interoceánica.
Estados Unidos es uno de los principales clientes del Canal de Panamá y la vía “un importante impulsor de la relación comercial” entre ambos países, ya que al cierre del año fiscal del 2024, el 52% de tránsitos a través del Canal registraron puertos con origen-destino en Estados Unidos, y más del 76% de la carga que transitó por el Canal tuvo como origen-destino ese país.
Durante la reunión en el palacio presidencial de Las Garzas, el mandatario panameño ofreció a Rubio estrechar la cooperación en la deportación de migrantes, ya que Panamá y Estados Unidos mantienen un acuerdo para devolver a los transeúntes que hayan cruzado la peligrosa selva del Darién, la frontera natural con Colombia, en vuelos pagados por Washington.