Los refugios se instalarán en los edificios públicos y estarán repartidos por todo el país
La Unión Europea se encuentra inmersa en un amplio y complejo debate sobre la necesidad de reforzar su capacidad militar, en un contexto global cada vez más incierto y marcado por el deterioro de las relaciones entre Bruselas y la nueva administración estadounidense.
Estados Unidos, que históricamente ha sido el principal garante de la seguridad del viejo continente, se ha comenzado a replantear su papel, informó el diario español La Razón.
En las últimas semanas, se han sucedido las cumbres en las que los principales líderes europeos han tratado de definir la estrategia a seguir en esta nueva etapa. Hace unos días, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó su plan para fortalecer la defensa del bloque, que contempla la movilización de hasta $960,000 millones para aumentar el gasto militar de los gobiernos.
Sin embargo, mientras estas propuestas aún se debaten en los órganos comunitarios, algunos Estados miembros han decidido adelantarse y adoptar medidas unilaterales para reforzar su seguridad ante una posible amenaza rusa.

Uno de los países que ha dado pasos en esta dirección es Polonia, que ha desempeñado un papel clave en la guerra de Ucrania, consolidándose como uno de los principales defensores de Kiev debido a su proximidad geográfica y antecedentes históricos.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció recientemente la retirada de su país de las convenciones internacionales que limitan el uso de bombas de racimo y minas antipersona, además de presentar un plan para proporcionar entrenamiento militar a los ciudadanos varones. Medidas interpretadas como un intento de disuadir cualquier posible hostilidad por parte de Moscú.
Aun así, el gobierno polaco considera que estos esfuerzos no son suficientes y este martes presentó un proyecto para actualizar el registro de refugios bélicos en todo el país, además de establecer la obligatoriedad de que todos los edificios públicos cuenten con uno, según recoge la agencia EFE.
El plan impulsado por el Ministerio del Interior establece que se designarán estructuras de protección en edificios destinados a la administración, asistencia social, educación, cultura, turismo o deporte.
Estos deberán tener capacidad para al menos 50 personas, ser subterráneos o, en su defecto, ubicarse a menos de 500 metros de una estructura adecuada. Además, la normativa afectará a todos los inmuebles públicos con un aforo superior a 100 personas o una superficie mayor a 2,500 metros cuadrados.
Según la Auditoría polaca, menos del 4% de la población cuenta actualmente con un refugio real en caso de guerra o emergencia, lo que contradice los datos proporcionados en el 2023 por el Cuerpo Nacional de Bomberos, que había elaborado un registro de los refugios existentes en el país.