El 1 de febrero de 1990 las fuerzas invasoras del ejército de Estados Unidos declaran por su parte el “cese de las hostilidades bélicas en Panamá”, para dar paso a la fase de la pacificación del país después de una guerra.
Eso incluía llamar a nuevas elecciones para elegir un gobierno democrático, con una nueva Asamblea Nacional, y no como el gobierno transitorio que arrastraba la mala imagen de ser producto de una acción de guerra o golpe militar.
En ese momento yo estaba como prisionero de guerra, capturado durante la invasión militar de diciembre de 1989.
Este es mi relato: “No puedo ir en contra de la historia”. Sometidos como prisioneros de guerra bajo duras condiciones de aislamiento, interrogatorios rudos sin protección legal alguna.
Todos los “prisioneros de guerra militares” con los pocos civiles capturados por el ejército gringo nos consideraban sus enemigos y tenían que someternos o eliminarlos, estábamos en guerra.
Días antes del 1 de febrero de 1990, se nos anunció que íbamos a quedar en libertad, y pasábamos hacer civiles. Ninguno de los “prisioneros de guerra” tenía casos con la justicia ordinaria ni en Panamá ni en Estados Unidos.
El gobierno transitorio de Endara, Arias Calderón y Ford. solicitó a nuestros captores, que no fuéramos puestos en libertad, que ese día fuéramos entregados en calidad de presos en la Cárcel Modelo. Así ocurrió.
Al cambiar la instrucción previa que se nos había informado, el coronel gringo jefe del centro de interrogatorios en la isla de Naos, nos dijo explícitamente: “Soporten la cárcel. No conspiren, no organicen guerrillas, ni sabotajes al Canal, ni a las tropas de ocupación e incorporación al esfuerzo de reconstruir el país”.
En esos momentos todavía existían remanentes de tropas alzadas en armas de las Fuerzas de Defensa en la clandestinidad, organizados con armas y pertrechos.
Hubo ataques no publicados y sabotajes. Había casas de seguridad con buzones con armas y explosivos, que no habían sido desarticulados por los gringos.
Se nos exigió un compromiso de paz, que pensáramos en la patria. El poder militar había sido derrotado.
Estaríamos presos poco más de un año. La razón que se nos informó: El gobierno impuesto es transitorio, nació de un golpe militar producto de una invasión y era ilegítimo. Era un gobierno de transición. Van a mandar por decretos mientras se anulan el poder Legislativo, el poder Judicial y el poder militar, hacen una nueva Constitución, nuevas leyes electorales y reformar todo el estado, anular todos los partidos políticos para la tarea de refundar un nuevo Estado.
Luego convocar a nuevas elecciones, con las nuevas leyes y Asamblea Nacional y de ahí se deben renegociar las bases militares en Panamá. Nunca ocurrió así. Solo desarticularon al poder militar y una parte del Órgano Judicial. No se disolvieron los partidos políticos, ni la Asamblea Nacional. Continuaron gobernando con las leyes de la dictadura militar. Nunca convocaron a nuevas elecciones.
No lo hicieron. No se puede ir en contra de la historia. Los políticos del momento, no le cumplieron hace 35 años a Estados Unidos. Actualmente hay otras situaciones.
Han transcurrido 35 años con un nuevo gobierno de Estados Unidos que reclama bases militares y la recuperación del Canal.
Acompañado con medias verdades.
Ese fue uno de los factores o razones estratégicas para la invasión militar en diciembre de 1989. En esa época no existía la amenaza de guerra con China. Las diferentes fuerzas políticas, económicas y el poder militar del Pentágono los planificadores vienen desarrollando un plan de guerra para el 2027 con China. Es la supervivencia del imperio gringo, aplican la doctrina de MAGA. (Hacer a Estados Unidos más grande)
Esa es la prisa del presidente Donald Trump para instalar las bases en Panamá y entender las presiones al gobierno de turno, que también por vueltas del destino eran los mismos en 1990.
El axioma militar para defenderte es conoce a tu enemigo, comprende sus motivos, sus razones, los antecedentes de sus actuales acciones de reclamaciones, que parecieran improvisadas como teorías de conspiración.
Pero, no se puede ir en contra de la historia. Como panameño y soldado que luchó por recuperar la soberanía de Panamá, la actual imposición estadunidense de la recuperación del canal y la apertura de bases militares, sobre su viejo argumento que fueron victoriosos por una invasión militar para destruir al poder militar panameño, es inaceptable. Es igual al concepto de Rusia para invadir a Ucrania.
Si por todas las razones descritas en el pasado, no las obtuvieron, ahora hay otras condiciones. Panamá es soberano sobre el Canal y somos un país libre, democrático. No impongan, negocien.