“Durante décadas, nuestro país ha sido saqueado y violado por naciones, tanto amigas como enemigas”, asegura
Llegó el llamado Día de la Liberación. El presidente estadunidense dio a conocer los nuevos aranceles recíprocos durante un evento que se celebró en el famoso Jardín de las Rosas, el primero que acoge el emblemático jardín de la Casa Blanca de la nueva administración, informa el diario La Razón.
Un espacio tan significativo como el anuncio que hizo, para, según Donald Trump, ajustar cuentas con otros países que durante décadas han estado cobrando desproporcionados impuestos comerciales a los productos estadunidenses.
Con siete minutos de retraso y vistiendo un abrigo de paño negro, el republicano apareció y se dirigió a los medios de comunicación y asistentes al anuncio desde un atril.
“Tenemos buenas noticias para dar hoy”, dijo el mandatario. “El 2 de abril será recordado como el día en que la industria de Estados Unidos volvió a nacer”.

Aseguró antes de anunciar una batería de medidas con las que “hacer América grande otra vez”, según el magnate. “Las compañías volverán a nuestro país”, aseguró antes de insistir en que se está a punto de estrenar “la edad de oro de América”.
Acompañado por el vicepresidente JD Vance y su gabinete presidencial, quienes le regalaron un aplauso tras otro en cada anuncio, el magnate, pizarra en mano, anunció unos aranceles del 25% a la importación de coches extranjeros desde anoche con el objetivo de relanzar el sector industrial del país.
A continuación, uno por uno fue detallando los gravámenes de cada nación, entre los más afectados la Unión Europea y China. Unos aranceles del 20% para todos los productos de procedentes de la Unión Europea, la mitad de lo que acusa a Bruselas de gravar las mercancías estadounidenses.
“Les cobraremos aproximadamente la mitad de lo que ellos nos cobran y nos han estado cobrando. Así que las tarifas no serán totalmente recíprocas”, avisó desde la Casa Blanca.
Sobre China recaerán unos aranceles del 34% en respuesta a unas políticas que encarecen los productos norteamericanos en un 67%. “Respeto mucho a Xi, el presidente de China, y respeto mucho a China, pero se están aprovechando de nosotros. Ellos saben lo que está pasando. Probablemente, muchos allí piensen: Ya era hora de que hicieran algo”, afirmó.
El anuncio llega solo días después de que el presidente dejara caer que se plantea viajar a Pekín.
Asimismo, a Japón se la penalizaría con un 25%; a Corea del Sur, con un 25%; y a Taiwán, con un 32%.

Entre las menos afectadas estaría Reino Unido, con unos aranceles del 10%. Asimismo, un 10 % para las importaciones de Argentina, Brasil, Colombia y
Chile, entre otros países latinoamericanos, como parte de una batería de aranceles «recíprocos» en todo el mundo.
Trump y su equipo están convencidos de que las nuevas medidas ayudarán a restablecer la equidad en el sistema comercial global, con gravámenes para países de todo el mundo, incluyendo históricos socios comerciales de Estados Unidos, en un intento de forzar el regreso de las cadenas de suministro a ese país.
Uno de los objetivos del presidente estadunidense es que esos impuestos comerciales generen importantes ingresos para el gobierno y le permitan recortar impuestos y gastos.
Para los seguidores de Trump, estos aranceles suponen un impulso para reactivar la industria manufacturera estadunidense, pero los expertos creen que este impuesto comercial que acabará enfrentando el consumidor final podría llevar al país a una recesión.
A la nueva administración no le asusta la posibilidad de que la decisión acabe repercutiendo en la capacidad adquisitiva de los estadunidenses, sobre todo en la de los hogares de ingresos bajos, que serían los más afectados.
Según un modelo hipotético elaborado en los últimos días por el Laboratorio de Presupuesto de Yale, que también apuntaba que los nuevos aranceles podrían costar, a corto plazo, un promedio de $5,000 anuales a cada hogar.
Según los expertos, las familias estadunidenses lo van a notar en un aumento de precios en los supermercados, sobre todo en la cantidad de productos frescos y verduras que llegan de México, la compra de vehículos y en productos electrónicos y gasolina. Trump ha decidido arriesgarse reconociendo que la medida podría traer caos a corto plazo, pero importantes beneficios a largo.