Estados Unidos condena la masacre y denuncia que “rebasa todos los límites de la decencia”
Al menos 34 personas murieron, dos de ellas niños, y cerca de un centenar resultaron heridas en un bombardeo ruso con misiles este domingo en el centro de la ciudad de Sumi, en el noreste de Ucrania, informaron los servicios de emergencia y las autoridades, según recogen medios de prensa internacional.
El ataque tuvo lugar en un momento de mucha afluencia en las calles con motivo de la festividad del Domingo de Ramos.
“Rusia golpeó el centro de la ciudad con misiles balísticos. Justo cuando había mucha gente en la calle”, afirmó el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania (DSNS, en sus siglas en ucraniano) en redes sociales, que dieron cuenta de 34 fallecidos, entre ellos dos menores, y 84 heridos, 10 de ellos niños.
Según el jefe de la Administración Militar Regional de Sumi, Volodímir Artiuj, fueron dos los misiles balísticos lanzados por las tropas del Kremlin. Las autoridades locales publicaron imágenes de cadáveres tirados en la calle, gente corriendo para cubrirse, coches en llamas y personas heridas en el suelo.

Sumi se encuentra cerca de la frontera rusa y recientemente ha sido objeto de ataques recurrentes, sobre todo desde que Moscú hizo retroceder a gran parte de las tropas ucranianas de la región rusa de Kursk.
El ataque de este domingo tuvo lugar “un día en que la gente va a la iglesia: Domingo de Ramos. Solo los malnacidos pueden hacer esto”, reaccionó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien poco antes había informado de “decenas de muertos y heridos”.
Zelenski aprovechó el mensaje para reclamar una reacción a Estados Unidos y Europa. “Necesitamos una respuesta fuerte del mundo. América, Europa, todos los que quieren que esta guerra y estas matanzas terminen.
Rusia quiere exactamente este tipo de terror y está alargando esta guerra”, señaló, al tiempo que reiteró que sin presión sobre Moscú la paz será imposible.
“Las conversaciones nunca han detenido los misiles balísticos y las bombas. Debemos tratar a Rusia como se merece un terrorista”, añadió.

En un mensaje posterior, Zelenski pidió “no permanecer indiferentes” e insistió en que “sin una presión realmente fuerte, sin el apoyo adecuado a Ucrania, Rusia seguirá prolongando esta guerra”. “Desgraciadamente allí, en Moscú, confían en que pueden permitirse seguir matando. Necesitamos actuar para cambiar la situación”, recalcó tras recordar que han pasado dos meses desde que el dictador ruso, Vladímir Putin, ignoró la propuesta de Estados Unidos para un alto el fuego completo e incondicional.
El ataque de este domingo es uno de los más mortíferos de los últimos meses en Ucrania, especialmente desde la reanudación de los contactos entre Washington y Moscú a mediados de febrero por el presidente estadounidense, Donald Trump, para intentar lograr un acuerdo de paz.
Kiev aceptó un alto el fuego completo de 30 días hace un mes, pero Moscú se negó y de momento solo han pactado una tregua en infraestructuras energéticas y otra en el mar Negro, si bien ni una ni otra se están cumplimiento.
El enviado especial de la presidencia estadunidense para Ucrania, Keith Kellogg, no dudó en condenar el ataque y ha denunciado que “rebasa todos los límites de la decencia”.
“Hay decenas de civiles muertos y heridos. Como antiguo mando militar sé de objetivos y esto está mal. Por eso el presidente Trump está trabajando duro para poner fin a esta guerra”, ha añadido.
El cruento ataque desencadenó un alud de reacciones de condena. La OTAN ha expresó su pésame al pueblo ucraniano por los “horribles” bombardeos de Rusia.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó el ataque de “desprecio a las vidas humanas, al derecho internacional y a las ofertas diplomáticas del presidente Trump”, y subrayó la necesidad urgente de “imponer un alto el fuego a Rusia”.