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"EE UU es un país en búsqueda de un enemigo”: Óscar Arias, el expresidente al que Washington le revocó su visa

"EE UU es un país en búsqueda de un enemigo”: Óscar Arias, el expresidente al que Washington le revocó su visa
El expresidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz Óscar Arias, en una fotografía de archivo. Foto, EFE/Jeffrey Arguedas.

Sospecha que la medida responde a posturas que ha asumido sobre la relación de su país con China y las críticas a Trump, a quien compara con un emperador romano

Óscar Arias habla con la pausa de quien tiene 84 años de vida y la seguridad de quien es premio Nobel de la Paz, además de expresidente de Costa Rica: “Me siento orgulloso de lo que he hecho en mi vida política”, afirma a la cadena británica BBC Mundo.

El gobierno de Donald Trump ha evitado divulgar el motivo por el que le canceló la visa de entrada a Estados Unidos. Según Arias, le comunicaron por correo electrónico y sin mayores explicaciones.

Cuando anunció que EE.UU. le revocó su visa, dijo que no sabía por qué lo hicieron. ¿Recibió alguna información nueva?

No. Cuando me notifican la medida nada más me manifiestan que tengo el derecho de volver a solicitar una visa. No he pensado en hacerlo.

 Huawei. Foto, archivo

Conforme pasa el tiempo, pienso que le quitaron la visa a varios diputados costarricenses de oposición que protestaron porque el gobierno emitió un decreto que prohibía que la empresa Huawei de China pudiera participar en una licitación ofreciendo (tecnología) 5G.

Igual pasó con funcionarios del Instituto Costarricense de Electricidad que de alguna manera —la memoria me puede fallar — se manifestaron preocupados porque se excluyera a Huawei, que es la empresa que ganó las licitaciones en años pasados para 3G y 4G.

¿Qué tendría que ver esa situación con usted, que sugirió que con esta medida pretenden silenciarlo?

No necesariamente. Lo que pasa es que establecí relaciones con China y de alguna manera he sido critico de muchas de las cosas que ha hecho en poco tiempo el presidente Trump.

No es que me quieran silenciar, pero sí es evidente que tiene que haber algún disgusto con las cosas que he dicho.

Es expresidente de Costa Rica y fue galardonado con el Nobel de la Paz en 1987 por su contribución para terminar con las guerras civiles en Centroamérica. ¿Imaginó alguna vez que estaría en una situación así?

No, nunca me pasó por la cabeza que esto podría suceder.

Hoy en Estados Unidos los dirigentes de ambos partidos consideran a China su enemigo, el país a vencer. Aunque hay dificultades para que demócratas y republicanos coincidan, con respecto a China están unidos.

El expresidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz en 1987, Oscar Arias (i) junto a la Nobel de Paz en 2003, la iraní Shirin Ebadi, en la 'XIX Cumbre Mundial de Premios Nobel por La Paz'. EFE
El expresidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz en 1987, Oscar Arias. EFE

¿Tomó como un desaire que le revocaran la visa?

No importa cómo lo tome. No me preocupa, porque he peleado por causas muy nobles y me siento orgulloso de lo que he hecho en mi vida política.

¿Cómo fue su relación con EE UU en su primer mandato, cuando impulsaba el plan de paz en Centroamérica y en la Casa Blanca estaba Ronald Reagan?

Muy tensa. No podía ser de otra manera. Que un país pequeño de Centroamérica tuviera un presidente que le dijera que no en su propia cara al presidente más poderoso del planeta. Le dije: “Usted está equivocado y yo no lo voy a acompañar con una salida militar para los conflictos centroamericanos”.

¿Ha cambiado mucho EE UU desde aquel momento?

No en la necesidad de tener una política diferente, donde el gasto militar no sea el principal. Porque Estados Unidos ya va a llegar al billón de dólares en su presupuesto militar.

Mientras se cierra la USAID, se continúa haciendo cada vez más investigación en las universidades para construir armamento cada día más sofisticado, porque están solo pensando en términos de guerra y de ser el mayor poder militar sobre la Tierra. Lo son, porque Estados Unidos gasta casi cuatro veces más que China. Entonces cualquiera que quiera pelear con Estados Unidos va a salir derrotado.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una fotografía de archivo. EFE/ANNA ROSE LAYDEN.

No me queda claro si sospecha le revocaron su visa por sus críticas a Trump, por haber reestablecido relaciones con China, por sus críticas al gasto militar o por todo esto junto…

Todo junto. No lo puedo saber, pero creo que todo junto.

Estados Unidos es una nación en búsqueda de un enemigo. En la Segunda Guerra Mundial el enemigo a derrotar fue Adolf Hitler, y en buena hora que Estados Unidos se involucró en la guerra, tardíamente, porque sin su ayuda no se hubiera vencido al nazismo. Durante la Guerra Fría el enemigo fue el comunismo. Después, con la desintegración de la Unión Soviética en el año 1991, apareció el terrorismo y al Qaeda era el enemigo a destrozar. Y hoy es China.

Ha comparado al presidente Trump con un emperador romano. ¿Lo ve como una amenaza para la democracia de EE UU?

Diría que ha socavado instituciones democráticas que hacen del gobierno suyo algo muy cercano a una autocracia como las conocemos.

Pero lo que tengo en mente cuando dije eso es el presidente que le dice a todo el mundo lo que tiene que hacer. Y si no lo hace, se le castiga.

¿Cómo cree que esta presidencia de Trump puede repercutir en América Latina?

Es obvio que nos va a afectar, no tanto como a los que les puso aranceles de 40% o más. Ya el de China está en 145%. A los países latinoamericanos nos puso el 10%.

Aquí en América Latina durante mucho tiempo tuvimos el modelo de sustitución de importaciones. Tuvimos un mercado común centroamericano con ese modelo. Eso es lo que está haciendo el presidente Trump: Lo que nosotros abandonamos hace añales.

¿Y ve como un problema grave para el mundo la confrontación que EE.UU. plantea con China?

Sí, deberíamos hacer esfuerzos superiores para crear amigos y no enemigos. Esto que estamos viviendo en estos días de imponerle a China un arancel de 145% es tensar muchísimo más la relación con China, cuando lo ideal sería tomar el teléfono y hablar con Xi Jinping.

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