El pacto incluirá previsiblemente una rebaja de los gravámenes a la industria automovilística y permitirá un mayor acceso del sector agroalimentario estadounidense al mercado británico
El Reino Unido y Estados Unidos han cerrado un acuerdo comercial que reducirá los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump, a las exportaciones británicas. El pacto incluirá previsiblemente una rebaja de los gravámenes a la industria automovilística y permitirá un mayor acceso del sector agroalimentario estadounidense al Reino Unido, según adelanta la prensa británica. Tanto Trump como el primer ministro, Keir Starmer, tienen previsto ofrecer más detalles este jueves sobre el acuerdo, el primero alcanzado por Estados Unidos tras el llamado Día de la Liberación.
“El acuerdo con el Reino Unido es un acuerdo completo y exhaustivo que cimentará la relación entre Estados Unidos y el Reino Unido durante muchos años”, ha asegurado Trump en un mensaje publicado en la red social Truth. “Debido a nuestra larga historia y lealtad, es un gran honor que el Reino Unido sea nuestro primer anuncio. Le seguirán muchos otros acuerdos, que se encuentran en serias fases de negociación”, ha añadido.
Todo apunta a que los aranceles “recíprocos” del 10% a las exportaciones británicas permanecerán intactos y que la reducción afectará únicamente a los gravámenes del 25% impuestos a la industria del automóvil y del acero.
A cambio de esta reducción, Londres se ha ofrecido a reducir los aranceles a los coches estadounidenses y también a algunos productos agrícolas, aunque el Ejecutivo británico ha descartado modificar su regulación en materia de producción alimentaria para permitir la entrada de productos como el pollo clorado, prohibido en el Reino Unido y en la Unión Europea.
Starmer sí parece haber cedido finalmente a las demandas de Trump de reducir el impuesto del 2% sobre los servicios digitales de las grandes tecnológicas, entre ellas Amazon.
Un impuesto que preveía recaudar unos $1,200 millones y que fue aprobado para igualar el terreno con los pequeños comerciantes. En caso de confirmarse, esta será una de las concesiones que más recelos provocará entre los diputados laboristas más cercanos a la izquierda, quienes han reclamado al Gobierno que aumente los impuestos a los más ricos para evitar nuevos recortes en las prestaciones sociales.
El acuerdo también podría descartar finalmente la imposición de aranceles al sector farmacéutico, una de las principales preocupaciones del Gobierno laborista, así como eximir a la industria cinematográfica británica del pago de los gravámenes del 100% sobre las películas producidas fuera de Estados Unidos, algo con lo que ha amagado Trump esta misma semana. Las dos partes, sin embargo, han evitado adelantar los detalles antes de las comparecencias de Trump y de Starmer, previstas para esta tarde. “Las conversaciones sobre un acuerdo entre nuestros países prosiguen a buen ritmo y el primer ministro informará hoy al respecto”, se ha limitado a señalar Downing Street.
El pacto queda lejos del gran acuerdo comercial al que aspiraban los anteriores gobiernos conservadores —y que nunca lograron alcanzar—, pero supone una nueva victoria para el ‘premier’ británico, quien ha colocado al crecimiento económico como la principal prioridad de su Gobierno. Los equipos negociadores británicos llevan meses en conversaciones con Estados Unidos, así como con la Unión Europea, para reducir las barreras comerciales y reforzar la cooperación bilateral. El anuncio de un nuevo acuerdo comercial con la India esta misma semana, el mayor desde la salida del Reino Unido de la UE, es una muestra más de que los esfuerzos del Ejecutivo están empezando a dar sus frutos.