Lamentan que el presidente Mulino haya hecho “una declaración de guerra” al rechazar el diálogo y esperan que “recapacite”
A través de un comunicado, los gremios indígenas interpretan la acción de Mulino como “una declaración de guerra”.
En vez de construir puente de comunicación-como ha solicitado el papa León XIV, recién electo- el presidente ya ha cerrado las puertas al clamor del pueblo panameño, cercenando toda posibilidad de acercamiento para buscar soluciones a los temas que hoy tienen al país en la calle, eligiendo la represión y detenciones arbitrarias”, manifestó la dirigencia indígena.

“Queremos recordarle al presidente Mulino que, en su momento, la ley minera también fue aprobada y sancionada, y el gobierno anterior dijo que nada se podía hacer al respecto, y el país entero fue a la calle y se derogó. Al pueblo panameño no le queda otra opción que hacer valer sus derechos en las calles, a través de manifestaciones y marchas pacíficas”, argumentó la COONAPIP.

Para los líderes indígenas, la derogatoria de la ley 462, la no reactivación de la mina y la anulación del memorando con Estados Unidos, no es un capricho, es la exigencia justa del pueblo panameño ante la violación flagrante de la soberanía nacional.
Rechazan además, “la criminalización de los manifestantes pacíficos, vulnerando en todos los sentidos los derechos humanos del pueblo panameño, persiguiendo, atropellando, vigilando y deteniendo a los panameños de manera arbitraria y sin orden judicial a cuánto se les cruce en su camino”.