,

Crisis de mayo, tercera semana de huelga por Ley 462

Crisis de mayo, tercera semana de huelga por Ley 462
Mayor Felipe Camargo A., analista de Seguridad y Defensa.

El presente análisis de situación es solamente con la visión de un militar profesional, analista de inteligencia y seguridad.

Este es mi enfoque. Lo presento con las mejores intenciones para que se comprenda la situación del país, sin deseos de alarmar. Solo presento los hechos tal cual como están desarrollándose en la tercera semana de huelga nacional indefinida.

Panamá presenta una situación de inestabilidad social y política profunda, más grave y más compleja que la última crisis que se vivió con el gobierno pasado.

Actualmente hay otro escenario, con otros factores, influyendo en la situación que arrancó con una huelga por la Ley 462 que reformó la Caja de Seguro Social, que degenera en otro escenario de rebelión popular.

Tiene un mayor efecto por la acumulación del malestar ciudadano y una nueva correlación de fuerzas internas que no representan a las elecciones del pasado mayo del 2025.

Desarrollo de nuestra crisis desde la visión de guerra política. Hay la revolución molecular disipada, que tiene sus orígenes en el método de la guerra popular prolongada (GPP) método de guerra maoísta china, como una estrategia político-militar usada en varios conflictos internos de países del continente.

Es una combinación de lucha de masas en el área urbana, altamente politizadas, motivadas, con un componente rural en las comarcas de masas indígenas radicalizadas, con el factor del tiempo a su favor. El tiempo desgasta al gobierno y es por eso por lo que se le denomina GPP, operando en un solo esfuerzo dirigido al cambio del gobierno.

Los ejemplos más recientes son la guerra en Nicaragua. En 1977, el FSLN Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) estaba dividido en tres facciones principales. La facción GPP, la facción dictatorial o de los terceristas y la facción central o Insurreccional.

En el del caso del Perú, Sendero Luminoso, causó un largo conflicto interno.

Panamá además tiene la presión externa de Estados Unidos que indica que estamos sometidos a la influencia China. Ese factor no existía en la crisis pasada.

Nuestra clase política debe entender que hay otro escenario a menos de un año del nuevo gobierno. Equivocadamente resaltan que la izquierda sacó en las últimas elecciones el 1%. Esa cifra, ese porcentaje es mayor.

Es lo que denomino la acumulación de fuerzas sociales y políticas que aprovecharon la situación de inestabilidad, provocando una nueva correlación de fuerzas que están en capacidad de definir un nuevo estado.

El nuevo escenario actual no es ni parecido al de las últimas elecciones. Hay otro país, otra sociedad pintada de guerra luchando por sus derechos.

El peligro de la ingobernabilidad es real, aumenta con cada día de huelga. Aquí se aplica la doctrina de la GPP, el tiempo conspira en favor de la lucha popular.

La baja credibilidad del gobierno es un factor por reparar, como tarea prioritaria no perder la conexión del pueblo.

Otro factor que reparar, corregir tiene que ver con separar el gobierno el poder político, del poder empresarial. Esa situación envía una pésima señal al pueblo: Solo me reúno con los empresarios.

El gobierno es para todos los panameños. Debe manejar la crisis con un solo criterio, pacificar al país y con solo objetivo, el bien común y el bienestar del pueblo.

Gerenciar la actual crisis con esos parámetros no producirá buenos resultados. Por el bien de todo el país, no solo de la clase empresarial, el gobierno debe repensar el manejo de la crisis.

Garrote y zanahoria. La pacificación rápida es implementar contramedidas efectivas. La teoría de la guerra antisubversiva, no es solo garrote, también hay el método de la zanahoria. Se aplica dosificadamente.

La mejor inversión del gobierno, pensando no con una visión empresarial, sino como un panameño, debería utilizar el MIDES, invertir en llevarle comida, medicina gratis a los indígenas, buscar el apoyo de los curas de las comarcas y, a través de ellos, tender los puentes y canalizar la ayuda directa.

El gobierno debe dejar de pagar costosas cuñas y millones a campañas de medios de comunicación que actualmente están reduciendo su poder de penetración, porque las redes sociales les están ganando el partido en las calles. Eso tendría un efecto de la reducción de los cierres de vías, pacificando un gran sector del país.

Señor Presidente, todavía está a tiempo de pacificar el país y cortar la actual ofensiva de la izquierda organizada y con musculo popular.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *