Rumanía ha celebrado este domingo la segunda vuelta de sus comicios presidenciales
El alcalde de Bucarest, el centrista y político cercano a la Unión Europea (UE), Nicusor Dan, se ha impuesto este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales rumanas ante el candidato ultraderechista y populista George Simion, quien ganó la primera vuelta de estos comicios y llegaba a esta votación como el principal favorito, informó el medio El Periódico.
Dan ha cosechado cerca del 54% de los votos, mientas que su rival, admirador confeso del presidente estadounidense, Donald Trump, y de su movimiento nativista ‘anti-woke’, ha conseguido el 46% de los sufragios.
“Quiero agradecer a las decenas de miles de rumanos que hicieron campaña por una idea. Han demostrado la fuerza impresionante de la sociedad rumana. Quiero también referirme a los votantes que sienten que han perdido hoy las elecciones, a la comunidad de gente que está indignada por el modo en que se ha llevado a cabo hasta ahora la política en Rumania”, ha dicho Dan tras la publicación de los primeros resultados.

“Necesitamos convencer a esta gente de que la solución no es la revolución, sino la reforma judicial. Nuestra tarea es luchar por una Rumanía; no por dos”, ha continuado el ganador electoral, también un político independiente.
La celebración de estas elecciones presidenciales rumanas llega después de meses de tensión en el país de Europa del Este, después de que la primera vuelta electoral, celebrada en noviembre del año pasado, fuese anulada por la justicia rumana por una brutal campaña de desinformación, que consiguió que un hasta entonces desconocido político prorruso, Calin Georgescu, ganase esos comicios.
Georgescu -a quien se prohibió presentarse en las elecciones actuales- ha arropado en campaña a Simion, finalmente perdedor. Simion, sin embargo, llegaba como favorito este domingo.

Y como en esas primeras elecciones de noviembre, las últimas semanas de campaña electoral han sido marcadas por una fuerte ola de desinformación en redes.
“En noviembre, el objetivo era dar a conocer a Georgescu, un candidato casi desconocido, que un mes antes de esas elecciones apenas llegaba al 1% en intención de voto, y presentárselo al mayor número posible de personas bajo una luz favorable, e ignorando sus aspectos más desagradables y controvertidos, como su creencia en múltiples teorías de la conspiración o su fascinación por varios antiguos movimientos fascistas rumanos”, explica el periodista Daniel Iriarte, autor del libro ‘Guerras Cognitivas. Cómo estados, empresas, espías y terroristas usan tu mente como campo de batalla’, que ahonda en el caso rumano y las elecciones de otoño del año pasado.
“El servicio de inteligencia rumano llegado a acusar a Moscú como responsable de estas campañas de desinformación”, asegura el autor. Una de las grandes promesas electorales de Simion y Georgescu, antes que él era acabar con la ayuda militar a Ucrania.