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"Operación Telaraña" de Ucrania contra bases aéreas rusas replantea todos los sistemas defensivos

"Operación Telaraña" de Ucrania contra bases aéreas rusas replantea todos los sistemas defensivos

Estados Unidos va a reforzar la vigilancia de las mercancías que llegan en contenedores a su territorio

El reciente ataque con drones de Ucrania en Rusia, en la llamada “operación Telaraña”, marca un punto de inflexión crucial para la guerra y la seguridad nacional, según expertos estadounidenses, que se preguntan si les podría ocurrir algo similar; es decir, que un enemigo potencial introdujera drones por medio contenedores que serían llevados hasta la proximidad de los objetivos y allí activarlos de forma remota, informó el diario español La Razón.

La audacia de la operación, replantea los sistemas de seguridad. Rusia vio atacadas cuatro de sus bases, lejanas a la zona de conflicto, desde las que partían aviones aque fueron destruidos y que ya no se pueden sustituir, sencillamente porque no se fabrican. Moscú habló de terrorismo, pero fue una acción de guerra.

¿Podría ocurrir esto aquí? ¿Cómo podemos detener el paso de drones en contenedores por nuestras fronteras o puertos marítimos?, se preguntan esos expertos. Varias agencias del Departamento de Seguridad Nacional ya se han hecho cargo del asunto

Un experto ucraniano transporta los restos de un dron caídos en un almacén tras un ataque ruso en una zona residencial en Kiev. Foto: EFE

Drones, que cuestan $400 por unidad y pueden fabricarse con una frecuencia de 4,000 unidades diarias, causaron daños significativos a la flota de bombarderos estratégicos rusos.

Existen afirmaciones contradictorias que eventualmente se verificarán, pero los costos podrían ascender a miles de millones de dólares y la sustitución de esas capacidades estratégicas podría llevar años.

Los informes indican que los drones entraron en Rusia a través de contenedores transportados por camiones que finalmente se estacionaron cerca de cuatro bases aéreas. Los contenedores se abrieron a distancia y los drones salieron descontroladamente buscando, y muchos finalmente encontrando, sus objetivos.

La Guardia Costera -recuerdan- realiza aproximadamente 25,000 inspecciones de contenedores al año en los puertos marítimos de los Estados Unidos como parte del Programa Nacional de Inspección de Contenedores.

El objetivo es hacer cumplir las leyes y regulaciones aplicables al transporte de materiales peligrosos y contenedores. En su ejecución, también se promueve la seguridad marítima, la protección y la administración de los puertos y vías navegables de Estados Unidos.

Los inspectores de instalaciones a nivel sectorial son responsables de las inspecciones de contenedores, aunque personal debidamente calificado puede dirigirlas y cualquiera puede formar parte del equipo de inspección.

La Guardia Costera también realiza estas inspecciones en coordinación con otras agencias, como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y las Investigaciones de Seguridad Nacional del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

EFE/EPA/SERGEY SHESTAK

El manual actual del NCIP explica que “los elementos criminales utilizan contenedores para el tráfico de drogas y otras actividades de contrabando; por lo tanto, los contenedores representan un vector potencial ampliamente reconocido para armas de destrucción masiva.

El personal de la Guardia Costera que realiza inspecciones de seguridad de contenedores debe estar siempre atento a los que se utilizan con fines ilegales o que puedan amenazar la seguridad de la infraestructura portuaria, los buques, los trabajadores marítimos y el público en general”.

Quizás -añaden- ahora los contenedores también deberían reconocerse como vectores para drones y otros sistemas aéreos no tripulados. Esto también podría justificar la creación de una política específica de la Guardia Costera para contrarrestar estos sistemas (incluido su transporte), similar a la que existe para las armas de destrucción masiva.

En febrero de este año, la Guardia Costera realizó la denominada “Operación Terminus”, que se lanzó inicialmente en febrero de 2023. Durante dicho ejercicio, los inspectores no solo incautaron ocho contenedores de materiales peligrosos no declarados imponiendo sanciones por valor de $88,000 e interceptaron 33 vehículos robados con destino a países de África Occidental.

“Los resultados de la Operación Terminus pusieron de relieve la crucial necesidad de una supervisión constante de los envíos de carga y los peligros que representan los materiales peligrosos mal documentados. Estos riesgos amenazan no solo a los trabajadores portuarios y las tripulaciones marítimas, sino también al comercio internacional y la seguridad nacional”, señaló un comunicado oficial.

La devastación del reciente ataque con drones y la posible proliferación de drones baratos que pueden transportarse alrededor del mundo en contenedores reafirman la necesidad de una supervisión persistente de los envíos de carga y el papel del equipo de Prevención de la Guardia Costera en la protección de la seguridad marítima, concluyen los expertos.

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