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El cuero del futuro se hace con hongos

El cuero del futuro se hace con hongos
Muestras de tejidos y materiales a base de champiñones realizados por el equipo de la investigadora de la Universidad Flamenca de Bruselas, Anouk Verstuyft y Annah-Ololade Sangosanya. EFE/ Pablo Garrigós

El micelio, la red de filamentos que constituye las raíces de los hongos, es el corazón de esta transformación

El reino de los hongos está dejando de ser un misterio de la naturaleza para convertirse en protagonista de una revolución científica, industrial y ambiental, están ganando terreno como un recurso clave en la transición hacia un modelo de desarrollo más sostenible, informó la agencia EFE.

El micelio, la red de filamentos que constituye las raíces de los hongos, es el corazón de esta transformación, y según investigadores de la Vrije Universiteit Brussel (VUB), los hongos no solo ofrecen biomateriales biodegradables para sustituir productos contaminantes, sino que también son herramientas naturales para capturar CO₂, regenerar suelos y restaurar ecosistemas.

Muestras de tejidos y materiales a base de champiñones realizados por el equipo de la investigadora de la Universidad Flamenca de Bruselas, Anouk Verstuyft y Annah-Ololade Sangosanya. EFE/ Pablo Garrigós

“Estamos explorando el uso de hongos en sectores como el textil, el embalaje y el aislamiento, porque producen un material naturalmente biodegradable. Es una solución muy sostenible”, explicó a EFE Anouk Verstuyft, ingeniera en biología y bioquímica.

En los laboratorios de la VUB, nueve investigadores trabajan con cepas como el reishi (Ganoderma sessile) o la cola de pavo (Trametes versicolor). En condiciones cuidadosamente controladas cultivan estructuras resistentes con propiedades similares al cuero o al corcho, pero sin impacto ambiental.

El proceso es delicado pero económico: de un fragmento de hongo, cultivado en agar, se traslada el micelio a un caldo nutritivo líquido, donde forma en dos semanas una estera de filamentos entrelazados. El resultado: un material flexible, resistente y compostable.

La investigadora de la Universidad Flamenca de Bruselas, la ingeniera en biología y bioquímica Anouk Verstuyft, trabaja con muestras de champiñones en el laboratorio. E EFE/ Pablo Garrigós

La diseñadora textil Annah-Ololade Sangosanya, integrante del equipo, presentó recientemente una chaqueta de cuero de micelio en la Semana del Diseño de Milán.

Por su parte, la bióloga madrileña Jara Saluena, especializada en innovación biomimética, investiga paneles aislantes vivos que podrían autorregenerarse, con financiación de la Comisión Europea.

El potencial de los hongos no se detiene en el diseño. El sector farmacéutico redobla sus esfuerzos por investigar compuestos presentes en las hifas, como la psilocibina, en tratamientos psiquiátricos, o metabolitos fúngicos con potencial contra el cáncer y enfermedades autoinmunes.

Al mismo tiempo, startups y grandes firmas exploran sustitutos del cuero animal y del poliestireno expandido. Las aplicaciones son variadas: muebles, ropa vegana, empaques biodegradables y materiales de construcción.

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