El desfile militar por los 250 años del ejército se ve empañado por las protestas contra Trump y los atentados contra una congresista y un senador en Minnesota
En Estados Unidos, las autoridades continúan la búsqueda de Vance Boelter, un hombre de 57 años sospechoso del asesinato de la legisladora estatal de Minnesota Melissa Hortman y su esposo, así como del intento de homicidio contra el senador estatal demócrata John Hoffman y su esposa, quienes sobrevivieron al ataque. Según el gobernador Tim Walz, se trató de un asesinato con motivación política, informó el diario español La Razón.
El agresor, que vestía como agente de policía y conducía un vehículo similar a una patrulla, abrió fuego contra los oficiales tras salir de la casa de Hortman y luego huyó. En su automóvil, las autoridades encontraron una lista con casi 70 nombres, en su mayoría de políticos demócratas o personas vinculadas a la defensa de los derechos reproductivos.
Sobre el clima de violencia política, en las últimas horas el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, dijo que espera reunirse con los líderes del Congreso de ambos partidos para discutir el aumento de la seguridad para los legisladores.
Entre tanto, el presidente Donald Trump elogió al ejército de Estados Unidos como “la fuerza de combate más grande, feroz y valiente” al cierre de una demostración de poderío militar en la capital del país el sábado, mientras el ejército celebraba su 250.º aniversario.
El desfile militar coincidió con el cumpleaños número 79 del presidente y tuvo lugar mientras cinco millones de manifestantes en unas 2,000 ciudades del país protestaban bajo el lema “No Kings” (“Sin Reyes”), en las que los organizadores denunciaron lo que describen como políticas autoritarias de Trump.
Se planificaron más de 2.000 manifestaciones en los 50 estados, como parte de un movimiento que busca rechazar “el autoritarismo, las políticas que priorizan a los multimillonarios y la militarización de la democracia”.
El mandatario republicano fue recibido en la tribuna del desfile con pompa y ceremonia. Llegó acompañado de una salva de 21 cañonazos, y mientras los cañones disparaban, miembros del público comenzaron a cantar “Feliz cumpleaños”.
Se trató del desfile militar más grande que ha visto Washington en décadas, el cual, según estimaciones oficiales, costó $45 millones.