Sus declaraciones se producen apenas minutos después de que el propio Trump insinuara que una acción militar contra Irán no está descartada
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, evitó confirmar si el presidente Donald Trump ha solicitado planes militares para un eventual bombardeo contra Irán, en medio de una creciente escalada entre Teherán e Israel que ya cumple seis días de intercambios de fuego, informó la agencia EFE.
Durante una audiencia ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, Hegseth fue cuestionado directamente sobre la posible preparación de una ofensiva militar estadounidense.
“Si hubiera solicitado o no (los planes), no lo revelaría en este foro”, respondió el jefe del Pentágono, dejando abierta la posibilidad sin confirmarla.
Sus declaraciones se producen apenas minutos después de que el propio Trump insinuara ante la prensa en la Casa Blanca que una acción militar contra Irán no está descartada.
“Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Quiero decir, nadie sabe lo que voy a hacer”, afirmó el presidente, generando aún más incertidumbre sobre los próximos pasos de su administración.
Trump ya había subido el tono el martes en su red Truth Social, al exigir la rendición incondicional de Irán y asegurar que conoce el paradero del líder supremo iraní, Ali Jameneí, aunque aclaró que aún no ha tomado una decisión sobre ordenar su asesinato.
Durante la audiencia, Hegseth insistió en que el Departamento de Defensa trabaja en preparar opciones, sin dar detalles.
“Sabemos ahora mismo que Teherán entiende exactamente lo que dice el presidente. Dijo que durante 60 días tuvieron la oportunidad de llegar a un acuerdo. Deberían haberlo hecho”, aseguró el secretario.
La falta de claridad fue criticada por algunos senadores, como la demócrata Jeanne Shaheen, quien reclamó mayor transparencia: “Espero que los estadounidenses sean informados tan pronto como se determine la acción que el Pentágono planea en relación con Irán”.
Mientras tanto, el conflicto entre Israel e Irán se intensifica. Los bombardeos cruzados han dejado decenas de muertos en ambos países, en una escalada que amenaza con desestabilizar aún más una región ya marcada por la tensión geopolítica.
El silencio oficial de Estados Unidos sobre sus planes militares no ha hecho más que alimentar la inquietud en Washington y en las capitales aliadas.