Un bloqueo podría disparar los precios del crudo a niveles históricos, hundiendo economías dependientes de la estabilidad energética
La amenaza iraní de clausurar el estrecho de Ormuz, arteria por donde fluye un quinto del petróleo y gas marítimo global, ha desatado una enérgica reacción de China, que este lunes exigió redoblar esfuerzos para preservar la estabilidad económica mundial. En un contexto de máxima tensión tras el ataque estadunidense a instalaciones nucleares iraníes, el portavoz de la Cancillería china, Guo Jiakun, advirtió que una escalada en el Golfo Pérsico podría estrangular el comercio global, con consecuencias catastróficas, informó el diario La Razón.
“La estabilidad y seguridad de la región son un beneficio compartido para todas las naciones”, sentenció Guo en una comparecencia ante la prensa, subrayando el papel del estrecho como eje vital para los flujos d hidrocarburos.
La propuesta del Parlamento iraní, aún pendiente de la venia del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, ha encendido las alarmas en un mercado ya convulsionado por los bombardeos de Washington, que han impactado sitios bajo vigilancia del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El funcionario chino condenó estas acciones como una “flagrante violación” de la Carta de la ONU, acusando a sus rivales de avivar el polvorín de Medio Oriente.
En un movimiento concertado con Rusia y Pakistán, el régimen de Xi Jinping presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que exige un alto al fuego “inmediato e incondicional” entre Irán, Israel y Estados Unidos.