“Me encantan sus coches, pero la gente debería tener opciones: Gasolina, híbrido, eléctrico, como quieran”, asegura el presidente
En otra de esas entrevistas que terminan generando más titulares que respuestas claras, el presidente Donald Trump habló este domingo sobre su relación con Elon Musk, el magnate detrás de Tesla y SpaceX, informó el diario La Razón.
Lo llamó “un tipo maravilloso”, aunque también admitió que “se molestó un poco” con él.
Todo esto ocurrió durante una aparición en el programa ‘Sunday Morning Futures’ de Fox News, donde Trump, fiel a su estilo, mezcló elogios con críticas y dejó más preguntas que certezas.
La causa de la ruptura, según explicó Trump, viene del debate en torno al famoso “Gran y hermoso proyecto de ley”, una ambiciosa iniciativa presupuestaria que, entre otras cosas, eliminaría los incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos.
No es un detalle menor: Tesla, la empresa de Musk, depende bastante de esos créditos para seguir liderando el mercado.
“Yo no quiero que todos tengan un coche eléctrico”, dijo Trump. “Me encantan, me encantan sus coches, pero la gente debería tener opciones: Gasolina, híbrido, eléctrico, como quieran”.
Pero Musk no se quedó callado. Desde su plataforma X, calificó el borrador más reciente del proyecto de ley como “increíblemente destructivo”. Según él, podría destruir millones de empleos en Estados Unidos y favorecer a “industrias del pasado”, mientras daña seriamente el futuro energético del país.
Musk trabajó durante un tiempo con Trump como jefe del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una especie de oficina de reformas internas.
Sin embargo, esa colaboración no duró mucho. Aunque nunca se hizo oficial el porqué de su salida, está claro que el desacuerdo sobre la dirección energética del país fue una de las razones principales.
Lo curioso es que, a pesar de todo esto, Trump sigue hablando bien de Musk en público. Lo de “tipo maravilloso” suena amistoso, pero no borra la historia reciente de tensiones, declaraciones cruzadas y una batalla sobre qué futuro energético debe tener Estados Unidos.