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Brasil mueve fichas contra reloj para frenar el arancel de un Trump que "no quiere hablar"

Brasil mueve fichas contra reloj para frenar el arancel de un Trump que "no quiere hablar"
El presidente de Brasil Luis Inácio Lula da Silva. EFE/André Coelho

Fuentes oficiales brasileñas señalaron que hay conversaciones “entre bastidores” con “interlocutores en Estados Unidos”

A siete días de la entrada en vigor del arancel adicional del 50 %, el Gobierno de Brasil intenta contra reloj abrir canales de diálogo con la administración de Donald Trump, que “no quiere hablar” en su afán de defender al expresidente Jair Bolsonaro del juicio por golpismo, informó la agencia EFE.

El vicepresidente y ministro de Comercio brasileño, Geraldo Alckmin, informó en la víspera que el sábado mantuvo una conversación “reservada” de 50 minutos con su par de Estados Unidos, Howard Lutnick, en la que le reiteró la disposición de su país de negociar.

Ese ha sido, por el momento, el primer y único contacto de alto nivel conocido entre ambos países desde que, el pasado 9 de julio, Trump anunció tarifas aduaneras adicionales del 50% sobre los productos brasileños a partir del 1 de agosto.

Alckmin le propuso más comercio e inversiones, pero el ‘tarifazo’ no solo depende de números, que en el caso de la balanza comercial bilateral es ampliamente favorable a EE.UU., sino también de asuntos políticos y judiciales.

El vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Geraldo Alckmin, en una foto de archivo. EFE/Andre Borges

Al justificar el arancel, Trump dijo que Bolsonaro es víctima de una “caza de brujas” y exigió el cese “inmediato” del juicio que enfrenta por liderar un complot golpista para mantenerse en el poder, tras perder las elecciones del 2022 ante el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

La Fiscalía, con base en documentos, audios y testimonios, sostiene que el líder ultraderechista fue “el principal articulador” de la trama que intentó por medios violentos impedir la investidura de Lula. El juicio oral está previsto para septiembre u octubre.

Lula se ha mostrado dispuesto a negociar sobre la relación comercial, pero tachó de “chantaje inaceptable” la intromisión en el juicio contra su principal adversario político.

Aseguró además que Trump “no quiere hablar”. Y es que los canales oficiales con la Casa Blanca están cerrados. Fuentes oficiales brasileñas señalaron que hay conversaciones “entre bastidores” con “interlocutores en Estados Unidos”, pero poco más.

“Son contactos informales, tanto en Washington como en Brasilia”, indicaron.

El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, dio un paso más allá al acusar a la familia Bolsonaro de estar “obstruyendo” el diálogo.

Personas asisten al lanzamiento de un manifiesto en defensa de la soberanía nacional este viernes, en São Paulo (Brasil). EFE/ Sebastiao Moreira

“El tema está muy concentrado en la asesoría de la Casa Blanca. Para que haya un acuerdo las dos partes tienen que estar en la mesa” y “Brasil nunca renunció a conversar”, dijo a los periodistas, insinuando el rechazo del gobierno de Trump a negociar.

“El escenario es de mucha incertidumbre. No sabemos lo que va a pasar porque Trump es extremadamente imprevisible”, afirmó Lia Valls, investigadora asociada de la Fundación Getulio Vargas y experta en comercio exterior.

Mientras, el gobierno de Lula multiplica sus reuniones con el sector productivo y ultima diversos “planes de contingencia”, en caso de que entre en vigor el arancel.

En los últimos diez días, el Ejecutivo mantuvo una veintena de encuentros con cerca de 200 representantes del sector privado, incluyendo los de las actividades que se verían más afectadas, como la agropecuaria, la aeronáutica, la farmacéutica y la maderera.

Según la Confederación Nacional de la Industria (CNI), el ‘tarifazo’ reducirá en 0,16% el PIB brasileño y destruirá 110,000 empleos en el país.

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