El presidente estadunidense insiste en que hará todo lo posible por salvar al empresario hongkonés, preso desde el 2020 por cargos de sedición y colusión
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves que ha incluido la liberación del magnate de medios Jimmy Lai en la agenda de las negociaciones comerciales que su administración sostiene actualmente con China, en un movimiento que mezcla diplomacia económica con defensa de los derechos humanos, informó la agencia EFE.
“Ya hemos planteado el tema a Pekín, y haré todo lo que pueda para salvarlo”, dijo Trump, en referencia a Lai, fundador del diario Apple Daily, quien se encuentra detenido en Hong Kong desde el 2020 y enfrenta cargos de colusión con fuerzas extranjeras y sedición bajo la Ley de Seguridad Nacional impuesta por China.
Trump reconoció que la situación es compleja, especialmente porque el presidente Xi Jinping no estaría precisamente encantado con esa exigencia. Sin embargo, aseguró que el nombre de Jimmy Lai ya forma parte de los temas activos de discusión en las mesas bilaterales.

“No es un hombre joven, y su salud no va muy bien”, advirtió Trump, subrayando la urgencia del caso.
Analistas internacionales coinciden en que la liberación de Jimmy Lai podría representar una muestra de buena voluntad por parte de China, especialmente mientras ambas potencias intentan sellar un nuevo acuerdo comercial de largo plazo.
Trump, quien recientemente prorrogó por 90 días la tregua arancelaria con China, mantiene abierta una ventana de diálogo que ha permitido avances importantes: Reducción de aranceles por parte de Estados Unidos del 145% al 30%, rebaja del 125% al 10% en impuestos chinos a bienes estadunidenses y eliminación de restricciones al comercio de tierras raras y semiconductores.
Jimmy Lai, de 76 años, es considerado una de las figuras más visibles del movimiento prodemocrático en Hong Kong, su detención y juicio bajo cargos que podrían acarrearle cadena perpetua ha generado condenas de organizaciones internacionales y gobiernos occidentales, que ven su caso como un símbolo del deterioro de las libertades civiles en el territorio.
Trump ya había prometido que intervendría en el caso desde antes de asumir su actual mandato, y su decisión de ahora ponerlo sobre la mesa de negociaciones marca un giro simbólico en la postura estadounidense hacia los derechos humanos en China, integrándolos a una discusión dominada históricamente por lo económico.
