Con décadas de trayectoria en la justicia y el ámbito electoral, el presidente interino del Tribunal Electoral, es clave en la celebración de elecciones transparentes
En medio de un escenario político complejo y aún marcado por la sombra de la crisis del 2019, Óscar Hassenteufel, abogado chuquisaqueño y actual presidente en funciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE), se ha consolidado como una figura central para garantizar la legitimidad y transparencia de las recientes elecciones generales en Bolivia, informó la agencia EFE.
Con una trayectoria de más de cinco décadas en el ámbito judicial y electoral, Hassenteufel ha sido reconocido por políticos de diversas corrientes ideológicas y por observadores internacionales, que destacan su papel para mantener la neutralidad e independencia del órgano electoral en uno de los procesos más tensos de la última década.
Nacido en 1945 en Ticucha, región de Chuquisaca, Hassenteufel es doctor en derecho por la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier (USFX).

Inició su carrera como auxiliar de juzgado y juez, antes de desempeñarse como fiscal y, más adelante, como magistrado y presidente de la Corte Suprema de Justicia (1993–2001).
También dirigió la entonces Corte Nacional Electoral (2001–2006) y participó en el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela). Su regreso al TSE ocurrió en diciembre del 2019, cuando fue elegido por la Asamblea Legislativa como uno de los seis nuevos vocales tras la renuncia de Evo Morales y la destitución de la anterior sala electoral, acusada de fraude.
En abril del 2024, Hassenteufel fue elegido vicepresidente del TSE, y ante la falta de consenso para nombrar a un nuevo presidente, asumió el cargo de forma interina, desde entonces, ha liderado una serie de encuentros multipartidarios y coordinaciones interinstitucionales que permitieron la realización de elecciones sin mayores interferencias ni conflictos.

Su desempeño fue ampliamente elogiado, Carlos Mesa, expresidente y candidato opositor, ofreció un especial reconocimiento por haber generado certidumbre en la ciudadanía.
La misión de observación de la Unión Europea (UE) resaltó su capacidad de mantener la imparcialidad institucional, y Jorge Tuto Quiroga fue más allá, afirmando que Hassenteufel tiene la credibilidad más alta de cualquier figura pública en Bolivia.
Aunque las elecciones generales del 17 de agosto transcurrieron en calma, el TSE aún tiene por delante un desafío sin precedentes, el balotaje del 19 de octubre entre Quiroga y el senador Rodrigo Paz Pereira, una segunda vuelta inédita en la historia electoral reciente del país.
Además, el proceso judicial del 2024, realizado con un año de retraso y bajo fuertes tensiones políticas, marcó otro hito bajo su gestión, lo que refuerza la percepción de que Hassenteufel ha sido un factor clave de estabilidad democrática en una Bolivia aún en proceso de reconstrucción institucional.
