Los investigadores atribuyen ese fenómeno al cambio de las dietas tradicionales a otras con una fuerte dependencia de alimentos ultraprocesados
Por primera vez, en el mundo hay más niños con obesidad que con bajo peso, según un amplio estudio realizado por la organización de Naciones Unidas para la infancia, Unicef, que recoge la cadena británica BBC Mundo.
El informe muestra que aproximadamente uno de cada diez niños de entre 5 y 19 años (unos 188 millones de niños y jóvenes) viven con obesidad.
La investigación se basó en datos de más de 190 países y concluyó que mientras la prevalencia de bajo peso entre los niños y adolescentes disminuyó desde el 2000, las tasas de obesidad se triplicaron.

Los investigadores atribuyen este fenómeno al cambio de las dietas tradicionales a otras con una fuerte dependencia de alimentos ultraprocesados, relativamente baratos y ricos en calorías.
“Este dramático cambio en el panorama de la malnutrición pone en peligro la salud y el potencial futuro de los niños, las comunidades y las naciones”, señala el informe.
También insta a los gobiernos a evitar en la dieta infantil ingredientes poco saludables e impedir que la industria de alimentos ultraprocesados interfiera en las decisiones políticas.
Cuando los expertos en salud solían referirse a los niños con malnutrición, se interpretaba como aquellos con bajo peso. Ya no es así.
El término malnutrición -que implica una alimentación nutricionalmente inadecuada- ahora también se refiere a la obesidad y su impacto en la salud y el desarrollo infantil.

Se considera que un niño tiene sobrepeso cuando su peso es significativamente superior al saludable para su edad, sexo y estatura.
La obesidad es una forma grave de sobrepeso y está relacionada con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer en etapas posteriores de la vida.
Se pensaba que la obesidad y el sobrepeso eran un problema de los países ricos pero, como muestra el informe, ahora también están presentes en los países más pobres.
“En muchos países, observamos la doble carga de la malnutrición: El retraso en el crecimiento y la obesidad”, afirma Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef.
Durante la infancia, una buena nutrición, que incluye abundantes frutas, verduras y proteínas, desempeña un papel fundamental en el crecimiento, el desarrollo cognitivo y la salud mental.
Sin embargo, muchas dietas tradicionales están siendo reemplazadas por alimentos ultraprocesados, a menudo ricos en azúcar, almidón, sal, grasas no saludables y aditivos.

La malnutrición sigue siendo un problema importante en los menores de cinco años en muchos países de ingresos bajos y medios.
El informe de Unicef revela que desde el 2000 la prevalencia de niños y adolescentes con bajo peso de entre cinco y 19 años disminuyó de casi el 13% al 9,2%.
Sin embargo, las tasas de obesidad aumentaron del 3% al 9,4 %, lo que significa que casi uno de cada 10 niños vive con obesidad.
El número de niños con sobrepeso, que incluye a los obesos, también aumentó, hasta el punto de que ahora uno de cada cinco niños en edad escolar y adolescentes tiene sobrepeso.
El estudio estima que esto representa aproximadamente 391 millones de niños en todo el mundo.
La obesidad supera actualmente al bajo peso en todas las regiones del mundo, excepto en África subsahariana y el sur de Asia.
América Latina es una de las tres regiones del mundo que registran el mayor índice de sobrepeso entre niños y adolescentes de 0 a 19 años. Las otras dos regiones son Medio Oriente y Norte de África y América del Norte.
América Latina también es una de las regiones que han tenido uno de los mayores incrementos en la prevalencia de sobrepeso desde el 2000.
Ese año, 34 millones de niños y adolescentes de cinco a 19 años en la región tenían sobrepeso y obesidad.
En efecto, la investigación muestra que los alimentos y bebidas ultraprocesados representan al menos una tercera parte de la ingesta calórica total de los niños y niñas adolescentes en Argentina, Chile y México.
América Latina es la segunda región del mundo (después de Europa Oriental y Asia Central) donde los adolescentes de 15 a 19 años consumen más refrescos (55%), alimentos o bebidas azucarados (83%) y alimentos procesados salados (38%).
Unicef advierte que el impacto en la salud y los costos económicos de no hacer nada para resolver el problema del sobrepeso y la obesidad son potencialmente “devastadores”.
El informe estima que, para 2035, el impacto económico mundial del sobrepeso y la obesidad superará los $4 billones anuales.
