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Israel cierra seis escuelas de la UNRWA y deja sin clases a cientos de niños palestinos

Israel cierra seis escuelas de la UNRWA y deja sin clases a cientos de niños palestinos
Escuela de la UNRWA cerrada en el campamento de Shuafat (Jerusalén).-EFE/ Magda Gibelli

El inicio del curso escolar arranca con aulas vacías en Shuafat tras la aplicación de una controvertida ley que prohíbe operar a la agencia de la ONU

Las aulas del campamento de refugiados de Shuafat, en Jerusalén Este ocupado, permanecen vacías desde que Israel ordenó el cierre de las seis escuelas que la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, gestionaba en la zona, informó la agencia EFE.

Pese a que el año escolar comenzó hace pocos días, el sonido de los estudiantes ha desaparecido. En su lugar, el silencio pesa sobre los muros perforados por disparos de redadas anteriores.

La decisión, tomada por las autoridades israelíes en mayo y ejecutada mediante la evacuación forzada de profesorado y alumnado, afecta a unos 800 estudiantes palestinos, de los cuales 550 viven en Shuafat, según datos de la propia agencia.

Entre ellos se encuentra el hermano de Dana Qawasmi, una joven refugiada palestina de 25 años que creció en el mismo campamento donde sus padres y tíos pudieron estudiar gracias a las escuelas que la UNRWA estableció allí décadas atrás.

Uno de los colegios de la UNRWA, que tiene paredes agujereadas por disparos de las redadas israelíes en Shuafat.-EFE/ Magda Gibelli

“Mi hermano, de 16 años, se ha quedado sin escuela y está en casa sin hacer nada. Lo mismo le pasa a mi primo, que ahora vende palomitas en la calle”, cuenta Qawasmi a EFE desde la puerta de uno de los colegios cerrados.

Israel justificó el cierre amparándose en la Ley UNRWA, en vigor desde enero del 2025, la cual prohíbe a la agencia operar en territorio israelí.

La norma fue aprobada en octubre del 2024 tras acusaciones del gobierno israelí de que la UNRWA mantenía vínculos con Hamás, aunque no se presentaron pruebas verificables. Desde entonces, muchos de sus empleados extranjeros han tenido que abandonar Jerusalén Este por la no renovación de sus visados.

La medida ha provocado un colapso en el sistema educativo de Jerusalén Este, donde incluso las escuelas privadas y municipales no tienen capacidad para absorber la demanda.

Algunas familias han conseguido reubicar a sus hijos, pero son minoría. Riyad Golani, vecino del campamento, cuenta que tardó cuatro meses en lograr una plaza para su hijo en una escuela en Beit Hanina. “Ni siquiera iba a la UNRWA, pero en su escuela habitual ya no había espacio para él este año”.

La situación se agrava por las restricciones de movimiento impuestas a los residentes del campamento. Para entrar y salir de Shuafat, donde viven unas 60,000 personas, es necesario pasar por un puesto de control israelí que puede permanecer cerrado durante horas.

“Los alumnos estaban cerca de sus familias aquí en el campo y ahora muchos tienen que salir fuera. Incluso los más pequeños que están en guarderías van a tener que cruzar el puesto de control todos los días”, denuncia una profesora local.

Desde Amán, Jonathan Fowler, portavoz de la UNRWA, lamenta el cierre y denuncia que ya antes de esta medida cerca de 2,000 niños palestinos en Jerusalén Este enfrentaban dificultades para conseguir una plaza escolar.

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