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El PNUD urge a América Latina a centrar su modelo de desarrollo en la resiliencia humana

El PNUD urge a América Latina a centrar su modelo de desarrollo en la resiliencia humana

Desigualdad, polarización, incertidumbre y crisis superpuestas presionan a la región, donde uno de cada cuatro vive en pobreza y más del 30% es vulnerable

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó sobre la necesidad urgente de redefinir el modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe, colocando la resiliencia humana en el centro de la agenda pública, ante una combinación peligrosa de desafíos estructurales históricos y crisis emergentes, informó la agencia EFE.

La directora del PNUD para la región, Michelle Muschett, advirtió que América Latina atraviesa una etapa de presión cada vez más compleja, marcada por pobreza persistente, profundas desigualdades, baja productividad y un crecimiento económico mediocre, a lo que se suman nuevas amenazas como el cambio climático, la polarización social y la rápida evolución tecnológica.

“Más de lo mismo no será suficiente”, sentenció Muschett, al señalar que las políticas que en el pasado impulsaron avances en desarrollo humano hoy resultan insuficientes frente a los nuevos desafíos.

Fotografía de archivo que muestra a la directora regional para América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Michelle Muschett, durante una entrevista en Cuenca (Ecuador). EFE/ José Jácome /ARCHIVO

El diagnóstico proviene del Informe Regional sobre Desarrollo Humano 2025, titulado “Bajo presión: recalibrando el futuro del desarrollo en América Latina y el Caribe”, que plantea un cambio de paradigma, centrado en la resiliencia como la capacidad no solo de resistir choques, sino de recuperarse rápidamente y seguir avanzando.

“Se trata de anticipar, prevenir y preparar a las personas y comunidades para enfrentar la adversidad sin perder sus posibilidades de progreso”, explicó la representante del PNUD.

El informe revela que el nivel de incertidumbre en la región es un 50% superior al promedio global, lo que se traduce en ansiedad, frustración y desconfianza generalizada, tanto en las relaciones interpersonales como en las instituciones.

Muschett subrayó que la polarización ha crecido más rápidamente en América Latina que en cualquier otra región del mundo en las últimas dos décadas. Esta situación, agravada por la desigualdad y la debilidad institucional, debilita la gobernabilidad y facilita el avance del crimen organizado.

“La única manera de hacer frente a esa polarización es cerrando brechas y apostando por el diálogo y la construcción de consensos”, afirmó.

El informe también destaca que una amplia mayoría de ciudadanos está insatisfecha con el funcionamiento de la democracia, y advierte que sin una mejora tangible en la calidad de vida, la legitimidad del sistema democrático podría erosionarse aún más.

Frente a este panorama, el PNUD propone avanzar hacia una nueva generación de políticas públicas e instituciones que sean capaces de adaptarse con agilidad y responder a los desafíos actuales. Esto incluye invertir en capital humano, infraestructura digital, gobernanza de datos y ecosistemas digitales sostenibles.

“La región tiene todo el potencial para convertir esta presión en una fuerza transformadora”, concluyó Muschett, recordando que América Latina ya ha sido pionera en importantes avances en desarrollo humano en el pasado.

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