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La guerra de EE UU y China, no es un asunto de Panamá: Respétennos

La guerra de EE UU y China, no es un asunto de Panamá: Respétennos
Mayor Felipe Camargo A., analista de Seguridad y Defensa.

Por más de 45 años, mi tarea ha sido la de analizar la defensa de la nación panameña, desde la óptica del estricto apego del interés nacional. He acumulado experiencia como analista de inteligencia militar, en operaciones de Inteligencia, en manejo de crisis de alto impacto como guerras en Centroamérica. Eso me permitió comprender el pensamiento táctico y estratégico de las amenazas hacia Panamá, cualquiera fuera su origen. Como decía el general Omar Torrijos: “Ni con la izquierda ni con la derecha, con Panamá”.

Hay una nueva realidad. La batalla estratégica con la República Popular China para la supervivencia de Estados Unidos se está librando en el Hemisferio Occidental. No es en Asia ni Europa.

Quién está en control del Hemisferio Occidental con todas sus ventajas, mares, canales, recursos minerales estratégicos, dominará al mundo.

Los enemigos de Estados Unidos, no son necesariamente nuestros enemigos . Ese es el concepto desarrollado por el presidente José Raúl Mulino . (Doctrina Mulino). Pero con un vacío ideológico desde la visión de gobiernos de derecha en Argentina, Ecuador, Perú, y próximamente Chile, donde hay partidos y sociedades ideológicamente formadas. Frente a gobiernos de izquierda Brasil, Colombia, México, Honduras, y totalitarios como Venezuela, Nicaragua y Cuba.

China por años ha penetrado al Hemisferio Occidental con su proyecto estratégico de quitárselo a Estados Unidos. No con un concepto militar, pero sí con un concepto de potencia para asegurar la comida a su pueblo, tal es el caso de su flota pesquera que ¡Esa es su guerra!, no la de Panamá.

Guerra en desarrollo

En América hay una guerra en desarrollo para el control del Hemisferio Occidental que por errores estratégicos de Estados Unidos por décadas abandonaron este Hemisferio y su esfuerzo estratégico se concentró en las guerras contra el terrorismo mundial en Irán, Irak, Medio Oriente y Europa, a través de la OTAN.

Panamá debe tener una política exterior clara con Washington: No nos metan en su pelea con China.

Panamá y Estados Unidos tienen otra agenda y otros riesgos. Tienen la amenaza común del narcotráfico y el terrorismo, las guerras híbridas contra gobiernos democráticos en el continente, incluyendo el ciberterrorismo.

Respaldo la política de Estado como la creación de una Ley Antimafia, al igual que la Ley de Extinción de Dominio, con un marco definido que no aplique a asuntos políticos. Panamá tiene que reinventarse frente a las organizaciones criminales trasnacionales.

Presidente José Raúl Mulino.

 

Pero el presidente Mulino, primero tiene que limpiar al Órgano Judicial como bien lo declaró en su conferencia de prensa. Limpiar a los Estamentos de Seguridad, limpiar al Consejo de Seguridad, limpiar al Ministerio Público.

Lo primero es hacer una limpieza profunda, como lo planteó durante la csmpaña política para llegar a la Presidencia.

Para que funciones la Ley Antimafia, hay que analizar la nueva realidad geopolítica. Hay que comprender el nuevo pensamiento del presidente Trump en su segundo mandato.

Una referencia se tiene en las declaraciones del secretario de Estado, Marco Rubio. Desconoce a la ONU y el concepto tradicional del derecho internacional, lo ha erradicado de la política exterior y económica de Estados Unidos.

A la administración MAGA solo les interesa sus propios intereses y los ha definido en su relaciones con el resto del planeta.

Maltratan a gobiernos amigos, aliados históricos; imponen aranceles punitivos a naciones amigas; actúan de mala forma metiéndonos en su guerra geopolítica.

La gran prensa de Estados Unidos se hace eco de la matriz de información del Pentágono y nos presentó como centro de entrenamiento de pequeñas unidades (tamaño pelotón) en Panamá, en la escuela de supervivencia en la selva de Ft. Sherman, Colón.

La realidad es que no hay tropas del U.S. Army entrenando en Panamá, y mucho menos como parte del esfuerzo bélico en desarrollo en el Caribe.

La versión de Estados Unidos nos impone su matriz de guerra de una forma poco amistosa.

Igualmente, ocurrió con la Embajada de China con el inoportuno e inaceptable método “quebrar brazos” y abusar en aplicar su influencia, en nuestros asuntos internos. Fue un acto de intimidación con el tema de los diputados que viajaron a Taiwán.

 

¿Qué ganamos?

Estos dos hechos recientes poco amistosos de Estados Unidos y China en contra de Panamá, maltratándonos e interviniendo en nuestros asuntos e intereses nacionales. Respeto es lo que deben practicar ambas potencias con Panamá.

Nuestro país es soberano, con un gobierno democrático y tenemos nuestros propios intereses.

Se puede cooperar, pero sin empujar o imponernos matrices de comportamiento alineados con sus políticas e intereses como potencias.

El mensaje del gobierno a Estados Unidos y a China: Respeto, respétennos.

Si bien, ambas potencias están enfrentadas en su guerra comercial, esos son sus intereses. Esa es su guerra. No es la guerra de Panamá.

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