La salida de los últimos ejemplares del archipiélago ocurre en medio del enfriamiento diplomático entre Tokio y Pekín
Los pandas gemelos Xiao Xiao y Lei Lei, los dos últimos ejemplares que permanecen en Japón, regresarán a China a finales de enero, dejando al país sin pandas por primera vez desde 1972, informaron este lunes medios japoneses, informó la agencia EFE.
Ambos animales, que residen actualmente en el Jardín Zoológico de Ueno, en Tokio, serán devueltos conforme a las condiciones del acuerdo de préstamo, que establece que China -propietaria de todos los pandas gigantes del mundo- mantiene la titularidad de los ejemplares, la devolución debía concretarse antes de febrero, según el contrato vigente.
La salida de Xiao Xiao y Lei Lei se produce en un contexto de tensiones diplomáticas entre Japón y China, luego de recientes declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, relacionadas con Taiwán.

Este enfriamiento bilateral ha generado incertidumbre sobre la posibilidad de que Pekín autorice en el futuro el envío de nuevos pandas al archipiélago.
El retorno de los gemelos se suma a un precedente reciente: en junio pasado, los cuatro pandas que vivían en el complejo Adventure World de Shirahama, en la prefectura de Wakayama, también regresaron a China, después de que las autoridades chinas decidieran no renovar el acuerdo de préstamo.
El uso de los pandas como herramienta de diplomacia blanda por parte de China se remonta a varias décadas y se consolidó en Japón con la llegada de los primeros ejemplares al zoológico de Ueno en 1972, tras la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Desde entonces, más de una veintena de pandas han vivido en territorio japonés, convirtiéndose en un símbolo de amistad bilateral y en un fenómeno cultural de gran arraigo popular.
El impacto de estos animales ha sido también económico, solo Xiao Xiao y Lei Lei generaron más de $194 millones en su primer año de exhibición pública en el 2021, de acuerdo con estimaciones del profesor emérito de Economía de la Universidad de Kansai, Katsuhiro Miyamoto.
Con su partida, Japón no solo pierde a dos de sus animales más emblemáticos, sino también un símbolo de diplomacia, cooperación y atractivo turístico que marcó a varias generaciones.
