En Alemania, el año 2018 concluyó con un aumento de 15% de los crímenes y delitos sexuales cometidos por extranjeros, con 6.046 infracciones, según datos oficiales. El incremento se debe en parte a un endurecimiento de la legislación desde 2016.
Un hombre y una mujer están en una discoteca, intercambian miradas, beben, ríen, bailan y se besan. El hombre se lleva a la joven a su casa, cierra la puerta con llave; ella quiere irse y él la viola.
El video termina y siete hombres treintañeros que llegaron a Berlín desde Siria, Irak o Afganistán deben reaccionar. “Ella bebió demasiado, se acuestan juntos”, dice uno de ellos, convencido de que el hombre se aprovecha del estado de ebriedad de la mujer para abusar de ella. “Él sabía muy bien lo que quería”, insiste otro.
“En Berlín ocurre a menudo que los jóvenes beben mucho, se drogan…”, y en ese caso pueden darse este tipo de agresiones, advierte la formadora, Carola Pietrusky-Niane.
En Marzahn, uno de los barrios más desfavorecidos de la capital alemana, donde fueron a parar gran cantidad de los miles de refugiados que llegaron a Berlín desde 2015, los siete hombres asisten a cuatro horas de un curso titulado “Juntos por el respeto de la seguridad”.
Se trata de una formación sobre sexualidad y consentimiento. “Son temas difíciles, hablen con libertad”, los anima la formadora.
Los siete hombres, la mayoría solteros y sin hijos, siguen de manera voluntaria esta formación, organizada por la asociación noruega Hero, que gestiona varios hogares de acogida de migrantes en Alemania.
¿Cómo saber si una mujer está consintiendo? ¿Qué consejos dar a refugiados que vienen de países en los que niños y niñas suelen acudir a escuelas diferentes, donde las muestras de cariño en público están prohibidas y donde la violación conyugal no se considera un crimen?
– Aumento de delitos sexuales –
Se trata de preguntas fundamentales en un país que recibió a cientos de miles de refugiados en cuatro años y que sigue atormentado por las agresiones sexuales de la noche de Fin de Año de 2015 en Colonia, cometidas principalmente por hombres oriundos de países del Magreb.
En Noruega, los migrantes estuvieron obligados entre 2013 y 2015 a seguir este tipo de formaciones, después de varios casos de violación en los que se vieron implicados refugiados.
En Alemania, el año 2018 concluyó con un aumento de 15% de los crímenes y delitos sexuales cometidos por extranjeros, con 6.046 infracciones, según datos oficiales. El incremento se debe en parte a un endurecimiento de la legislación desde 2016.
No obstante, es una muestra del desafío que representa la acogida de migrantes, que en gran parte son hombres solteros. Además, la extrema derecha se aprovecha de sucesos como la violación y asesinato de una joven a manos de un afgano, en 2016 en Friburgo.
Entre los videos que se muestran en la formación hay uno que explica la diferencia entre relaciones sexuales consentidas y violación a través de una comparativa con el ofrecimiento de una taza de té.
En otro ejercicio, los participantes se colocan por parejas frente a frente para analizar hasta qué distancia pueden acercarse y dónde se sitúa la “frontera personal” de la intimidad.
“Dos leyes” –
“No hay que pegarse a su interlocutor. Y lo mismo con los niños, no siempre les gusta que los tengamos en brazos”, señala la formadora.
¿Y cuál es la clave del consentimiento en el seno del matrimonio? “Hace algunos años, la violación conyugal aún no se consideraba un crimen en Alemania”, apunta Carola Pietrusky-Niane.
“En nuestro país hay dos leyes, la del Estado y la de la familia, el clan”, explica un participante.
Muchos de ellos no dan necesariamente por sentado que haya que denunciar a alguien cercano por violación o malos tratos, y mucho menos si se trata de su padre. “Para nosotros el honor es un valor importante”, resume un participante.
Heinz-Jürgen Voss, profesor de sexología en la universidad de Merseburgo, considera que estas formaciones son “útiles”, pues “existen diferencias de cultura y costumbres”. En su opinión, habría que expandirlas por toda Alemania. Un desafío, ya que en el país germano la educación y la formación son competencia de las regiones.
ara la oenegé Pro-Asyl, en cambio, “los valores y las normas se aprenden mejor en la vida diaria que en clase. Los mejores medios de integración y prevención son los contactos, el apoyo escolar y el acceso al mercado de trabajo”.
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