A pesar de los llamados al alto el fuego, la zona, donde viven unos tres millones de personas, es objeto de una ofensiva del régimen sirio.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, recibió este lunes a sus homólogos ruso e iraní en Ankara para una nueva cumbre sobre Siria, centrada en la ofensiva del régimen de Damasco contra Idlib, el último bastión rebelde.
La reunión tripartita empezaba a las 15H30 locales (12H30 GMT) tras las entrevistas bilaterales entre los dirigentes en la capital turca, donde Hasan Rohani y Vladimir Putin aterrizaron, respectivamente, el domingo por la noche y este lunes.
Se trata de la quinta cumbre desde 2017 entre Erdogan, cuyo país apoya a la oposición, y Putin y Rohani, que respaldan al régimen sirio.
Pero en un momento en que la victoria de Bashar al Asad parece cada vez más cercana, la prioridad de Ankara es evitar una nueva afluencia masiva de refugiados procedentes de Idlib, en el noroeste de Siria.
A pesar de los llamados al alto el fuego, la zona, donde viven unos tres millones de personas, es objeto de una ofensiva del régimen sirio.
En virtud de un acuerdo concertado el año pasado con Rusia, Turquía cuenta con 12 puestos de observación en la zona, uno de ellos rodeado ahora por las tropas de Damasco.
El objetivo de la cumbre es examinar “los desarrollos en Siria, concretamente en Idlib, pero también ver qué pasos conjuntos dar en el próximo periodo para cesar el clima de conflicto, poner en marcha las condiciones necesarias para el regreso voluntario de las refugiados e instaurar una solución política”, declaró la presidencia turca en un comunicado.
Idlib sigue siendo blanco de bombardeos esporádicos, a pesar del inestable alto el fuego decretado el 31 de marzo, tras cuatro meses de ataques del régimen sirio y de su aliado ruso.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), la ofensiva dejó más de 960 civiles muertos.
“En esta zona sigue estando presente una gran cantidad de terroristas […] y los combatientes continúan disparando contra las posiciones de las fuerzas gubernamentales”, declaró el viernes el consejero del Kremlin, Yuri Ushakov.
Por su parte, Rohani afirmó, antes de volar hacia Ankara, que aunque una gran parte de los problemas de Siria estaban resueltos, Idlib era una de las principales cuestiones de la cumbre.
– “Cuestiones sin resolver” –
También mencionó la situación del este del Éufrates, donde Turquía concluyó con Estados Unidos un acuerdo para crear una “zona de seguridad” que separe la frontera turca de las zonas sirias controladas por la milicia kurda, respaldada por Washington pero considerada “terrorista” por Ankara.
Uno de los objetivos de esta franja es para Ankara poder enviar una parte de los más de 3,6 millones de refugiados sirios instalados en Turquía.
Rusia desea avanzar en la creación de un comité constitucional encargado de la redacción de una constitución para después de la guerra.
Eso supondría una victoria política para Putin, que se sumaría a sus éxitos militares, considera Dareen Khalifa, analista del centro de reflexión International Crisis Group. Pero pide no esperar mucho del encuentro de los tres mandatarios.
Aunque logren ponerse de acuerdo sobre la composición del comité constitucional, “quedan numerosas cuestiones sin resolver sobre el futuro del proceso político, entre ellas la capacidad y la voluntad del régimen de llevar a cabo algún tipo de reforma política”, añade la analista.
El régimen de Bashar al Asad reconquistó alrededor del 60% del territorio con el apoyo militar de Rusia, Irán y el movimiento libanés chiita Hezbolá.
Además del sector de Idlib, sigue sin controlar las amplias regiones en manos de las fuerzas kurdas en el este del país.
El presidente Erdogan se reunirá con su homólogo estadounidense, Donald Trump, y abordará esta cuestión al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas, a finales de septiembre.