Tras no llegar a un acuerdo en la Comisión Nacional de Salario Mínimo, denuncian “la actitud política del sector empresarial”.
El Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (CONATO) lamentó este viernes que, cerrada la negociación del salario mínimo, los empresarios “tengan una posición cómoda, que, confiados en su poder político, esperan que el Gobierno favorezca sus intereses al pretender negar a las trabajadoras y los trabajadores el aumento al que tienen derecho y que en este momento se requiere con urgencia para equilibrar la carga social”
Agregó que después de cinco meses de trabajo en la Comisión Nacional de Salario Mínimo, el empresariado no presentó ninguna propuesta frente a las 12 presentadas por la clase trabajadora que, además del ajuste salarial, incluyeron cambios trascendentales en la forma discriminatoria actual en la que se establecen los 37 salarios mínimos escalonados en una región de primera y otra de segunda categoría.
En ese sentido, el Consejo indicó:
PRIMERO: Si el ajuste al salario mínimo no permite la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, la economía continuará en desaceleración. Mientras, el gobierno tiene que reducir la vergonzosa desigualdad que cada año se profundiza en Panamá, donde los empresarios se llevan 57% del producto interno bruto (PIB) y los trabajadores y trabajadoras, quienes con su esfuerzo producen esa riqueza y siendo mayoría, apenas alcanzan 25%.
SEGUNDO: Panamá es el país con el mayor crecimiento en Latinoamérica y a su vez el que tiene mejores perspectivas de continuar así para el 2020. Estos datos oficiales, desmienten las falacias argumentadas por las directivas empresariales. Otra, es que la difícil situación que enfrenta el sector agropecuario es consecuencia del salario mínimo, cuando en realidad son las políticas de libre mercado como la eliminación de aranceles y de las cuotas de importación, impulsadas por la empresa privada, las responsables directas.
TERCERO: La tasa de desempleo e informalidad, seguirá en aumento si no se incrementa la demanda interna. Y esto solo se logra con el incremento de los salarios, medida que de inmediato impulsa la economía, pues los altos niveles de precarización laboral y los bajos salarios son las principales causas de la informalidad.
CUARTO: Los sectores económicos que actualmente muestran menor crecimiento, como el comercio y la construcción, dependen de la capacidad de consumo de la población. Es por ello, que la venta de casas se mantiene como uno de los rubros con menor crecimiento, lo que evidencia que la clase trabajadora ya no tiene capacidad financiera para adquirir una vivienda.
QUINTO: En este país la desigualdad no sólo se da entre empresarios y trabajadores, sino que se da entre las grandes empresas, que gozan de exoneraciones de impuestos y subsidios, mientras que a las pequeñas empresas se les obliga a cumplir con todas las responsabilidades y cargas tributarias. El principal problema de las pequeñas y medianas empresas, es la competencia desleal con las grandes empresas, no el salario mínimo.
SEXTO: En toda Latinoamérica, Panamá es donde los empresarios pagan menos impuestos, dado el carácter regresivo del sistema tributario, la evasión y la elusión fiscal y gracias a que los ingresos del Canal de Panamá cubren el hueco fiscal dejado por una clase empresarial que demanda infraestructura pero que no paga impuestos.
SÉPTIMO: Tenemos en cuenta que, pese a la declaración de austeridad del nuevo gobierno, la primera acción que tomó fue un multimillonario préstamo para pagar la deuda al sector privado con la promesa de la reactivación de la economía, pero el resultado no se ve. Es así como la clase empresarial, históricamente se favorece de las decisiones de los gobiernos mientras la clase trabajadora es llamada a sacrificarse, como si no fuera suficiente los salarios de hambre.
CONATO recuerda al Gobierno que está constitucionalmente obligado a fijar un salario que permita al trabajador y trabajadora, cubrir las necesidades de su familia y mejorar su nivel de vida. Y lo exhorta a, no incurrir en el mismo error que el pasado gobierno, de fijar un salario por debajo de la pérdida histórica del poder adquisitivo de los trabajadores puesto que se corre el riesgo de obtener los mismos resultados. Pues, toda estrategia orientada a reactivar la economía que no contemple la recuperación de la pérdida acumulada del poder adquisitivo de la clase trabajadora, está condenada al fracaso.
Finalmente, CONATO reitera su llamado al diálogo y denuncia la actitud política del sector empresarial que empuja a la sociedad a una profunda desigualdad, al profundizar las condiciones previas a los estallidos sociales y las crisis políticas que hoy vive Nuestra América producto del hastío de la población que vive en condiciones de miseria y rodeada de la opulencia empresarial.
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