La herramienta RadVid-19, operativa desde abril, determina la probabilidad de contagio del coronavirus.
Una plataforma que identifica lesiones pulmonares por medio de inteligencia artificial ayuda a médicos brasileños a diagnosticar el nuevo coronavirus, que ya dejó más de 2,6 millones de casos y cerca de 95.000 muertes en el país.
La herramienta RadVid-19, operativa desde abril, determina la probabilidad de contagio de covid-19. Combina dos algoritmos, de la china Huawei y la alemana Siemens, que analizan los rayos X y las tomografías de tórax en busca de irregularidades en los pulmones.
“Es el aspecto más típico de la neumonía por covid. El software marca esas áreas, dice cuál es la probabilidad de tener covid e indica el porcentaje de pulmón que está enfermo”, explica Marcio Sawamura, vicedirector del Instituto de Radiología del Hospital de las Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP).
Sawamura analiza los círculos blancos y amarillos que identifican las lesiones en las imágenes de su computador. En caso de pacientes regulares, la herramienta permite comparar el impacto de la contaminación pulmonar con exámenes previos.
Al sistema, desarrollado por el Hospital de las Clínicas con apoyo, entre oros, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se ha adherido 43 hospitales, 60% de la red pública. Después del registro, gratuito, los médicos pueden subir sus imágenes para ser analizadas por los algoritmos.
– Falta de exámenes –
Sawamura aclara que la evaluación no reemplaza los exámenes diagnósticos, pero la herramienta ha servido para anticipar tratamientos y cuidados en este país de 212 millones de habitantes que no adoptó una estrategia masiva de exámenes. En cinco meses de pandemia, solo se han practicado unos 2,7 millones de tests RT-PCR y 4,4 millones serológicos.
Arthur Lobo, un radiologista de Pará (norte), ha sido un usuario asiduo de la plataforma, que “ayudó sustancialmente en el diagnóstico en casos de duda”, afirma.
“Brasil realizó menos exámenes de los que debía, por lo que la tomografía y los rayos X terminaron utilizados como herramientas [de diagnóstico]”, dice Lobo a la AFP.
El especialista ejerce en las redes pública y privada de Belém, capital de Pará, un estado con una tasa de contagios (17.825 por millón de habitantes) un 43% superior al promedio nacional (12.420/millón h).
En las semanas más agudas de la crisis, ese sistema permitió anticipar diagnósticos que tardaban en llegar.
“Muchas veces actué apenas por la historia clínica. Un paciente llegaba con síntomas, hacíamos el test diagnóstico pero no tenía nada. A pesar del negativo, pedía estudios evolutivos por los síntomas. [Los rayos X y las tomografías] auxiliaban en la toma de decisiones, en decidir qué procedimiento seguir”, cuenta Lobo.
“Muchas veces tuvimos pacientes con alteraciones en las imágenes, sin comprobación de diagnóstico. En esos casos se tomaban las medidas para la covid-19 y más tarde se descubría que era covid-19”, explica Claudia Leite, profesora del departamento de Radiología y Oncología de la USP.
Hasta fines de julio, RadVid-19 analizó 10.700 exámenes y la fiabilidad de los diagnósticos se está evaluando.