La cinta traslada a la audiencia a 1968, cuando la oposición a la guerra en Vietnam estaba en aumento.
Un filme inspirado en las protestas contra la guerra en Chicago en 1968 y el extraordinario juicio que siguió se estrena en octubre, en un momento de gran división en Estados Unidos por las manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial.
La idea inicial la tuvo el oscarizado director Steven Spielberg, que después dejó el proyecto en manos del guionista Aaron Sorkin, que asumió como director y lo completó, y este lunes presentó un extracto en el festival de cine de Toronto.
“El juicio de los 7 de Chicago” llega con un impresionante elenco conformado por Mark Rylance, Eddie Redmayne, Joseph Gordon-Levitt y Sacha Baron Cohen.
Spielberg y Sorkin se reunieron por primera vez para hablar del proyecto en 2006, y desde entonces “el mundo reflejó más y más los eventos de la película”, dijo el creador de la serie “The West Wing” en una charla virtual en el festival canadiense.
“Esto fue antes de Breonna Taylor, Rayshard Brooks, George Floyd. Esto fue antes de eso”, indicó en referencia a las personas negras muertas recientemente por la policía. “Las similitudes… son escalofriantes”.
“La película era relevante cuando la estábamos haciendo… no necesitábamos que fuera más relevante, pero ocurrió”.
La cinta traslada a la audiencia a 1968, cuando la oposición a la guerra en Vietnam estaba en aumento, y Martin Luther King Jr. y Bobby Kennedy recién habían sido asesinados, y manifestantes terminaban enfrentados con piedras a la policía, que respondían con bastones de madera y gases lacrimógenos.
La trama se centra en el juicio contra siete manifestantes hippies, que usaron humor, disfraces e incluso canciones para condenar al sistema político, mientras el juez ordenaba amordazar y encadenar a la silla a uno delos líderes de los Panteras Negras imputados.
“Lo que estamos viendo hoy, una vez más, es la demonización de la disidencia”, indicó Sorkin.
Estados Unidos registró masivas manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial, que terminaron muchas veces en disturbios y enfrentamientos con las autoridades.
En 1968, cientos de personas fueron arrestadas en los disturbios de Chicago, que coincidió con la convención del Partido Demócrata y la condenada nominación de Hubert Humphrey y que simbolizó la gran división en el pueblo estadounidense.
En el juicio de la vida real, todos los acusados fueron absueltos de conspiración y cinco de los siete fueron condenados por cruzar líneas estadales para incitar a disturbios, aunque luego ganaron en apelación.