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Desconcertante candidatura de Kanye West, posible saboteador sin posibilidades

Desconcertante candidatura de Kanye West, posible saboteador sin posibilidades
El presidente Donald Trump recibe a Kanye West en la Casa Blanca en Washington, el 11 de octubre de 2018. Foto:Gabriella Demczuk/The New York Times

Kanye West quiere traer de vuelta los rezos a las escuelas, darles más apoyo gubernamental a los grupos religiosos, e incluso les ha pedido a los miembros de su equipo de campaña que se abstengan de “fornicar” fuera del matrimonio, según personas que colaboran en su candidatura.

West, el multimillonario artista de hip-hop y magnate de la moda convertido en revivalista cristiano, no está en una “carrera” presidencial sino en una “caminata”, como prefiere decir. Entró tarde al proceso y no logrará aparecer en la boleta de algunos estados como Florida, Texas y Míchigan, pero sí estará en la de otros como Colorado, Iowa y Minnesota. Algunos demócratas temen que pueda convertirse en un “robavotos”, incluso si su atractivo político es minúsculo. Las candidaturas de terceros no necesitan demasiados votos para tener impacto, como ya lo demostraron Jill Stein en 2016 y Ralph Nader en el año 2000.

En llamadas telefónicas y mensajes de texto con The New York Times, y en otros comentarios recientes, West dejó claro que está convencido de que se convertirá en presidente —en algún momento— pero no dijo casi nada acerca de lo que realmente quería hacer de ser elegido. En efecto, la curiosidad presidencial de West ha confundido a muchos admiradores y votantes por igual. Su partido se llama el Partido Cumpleaños (que también puede significar “fiesta de cumpleaños”, gracias al homónimo en inglés de la palabra “party”). Su primera pieza de arte de campaña incluyó fotografías de aquella bien conocida populista Anna Wintour, editora de Vogue, y de la actriz Kirsten Dunst, quien se mostró desconcertada (“¿Cuál es el mensaje aquí?”, tuiteó Dunst, “¿Y por qué soy parte de eso?”).

Un aspecto ineludible de la candidatura de West es su trastorno bipolar, del cual ha hablado en anteriores oportunidades. Su esposa, Kim Kardashian West, habló por primera vez al respecto días después de la única aparición de campaña de West, en Carolina del Sur, durante la cual el candidato rompió en llanto. A través de una publicación en Instagram, Kim lo describió como una “persona brillante pero complicada” que tiene que lidiar con “la presión y el aislamiento que son agravados por su trastorno bipolar”.

Debido a que varios aliados y partidarios del presidente Donald Trump están trabajando de forma activa para hacer avanzar su campaña, muchos demócratas perciben su candidatura como un truco sucio de los republicanos, una idea que West ha rechazado. Sin embargo, en un año en el que el presidente está esforzándose por debilitar la confianza en las elecciones, la candidatura de West es otro punto más de incertidumbre. Muchos republicanos, incluyendo a Trump, parecen estar seguros de que desviará votos de Joe Biden, el candidato demócrata, aunque su atractivo podría verse comprometido por algunas de sus posturas conservadoras.

West tiene una plataforma escueta, enfocada en objetivos generales como reformar la policía, reducir las deudas de préstamos estudiantiles y de vivienda, y “restaurar la oración en el aula”. Cada punto está reforzado por un pequeño escrito. En las conversaciones, el tema que más sacó a colación fue su oposición al aborto. Sin embargo, no quiere prohibirlo.

“No puedes hacer eso”, dijo en una llamada telefónica. “No quiero prohibir, detener o señalar con el dedo a nada”. En vez de eso, West dijo que apoyaba “estipendios para las familias que necesitan apoyo, la creación de orfanatos que sean realmente de alto nivel y deseables para las personas, y el rediseño de comunidades y ciudades en general para apoyar a las familias”.

Cuando se le preguntó sobre otros temas, West no dio más detalles sobre sus posturas, y en un momento dijo que tenía un disco que terminar.

El 16 de septiembre, West renovó las dudas sobre su comportamiento tras tuitear un video en el que alguien parecía orinar sobre una estatuilla de Grammy, y referirse a sí mismo como “bebé Putin”; además de publicar, en un tuit que fue eliminado por Twitter, el número telefónico de un importante editor de revistas al que calificó de “supremacista blanco”.

Varias firmas consultoras están asistiendo su candidatura. Mercury Public Affairs, una destacada consultora política bipartidista de Nueva York, estuvo a cargo de la organización, aunque la empresa fue despedida el mes pasado y se mostró reacia a hablar sobre el asunto.

“Nuestras funciones se limitaron a colaborar para que la campaña arrancara. Principalmente ayudamos a reclutar a un equipo que se encargara del acceso a las boletas de votación y a iniciar ese proceso”, aseguró Michael McKeon, un socio en Mercury. “Por un breve periodo servimos de enlace entre la campaña y el equipo hasta que establecieron relaciones independientes. Eso pasó hace varias semanas, lo cual puso fin a nuestra participación”.

Kanye West, quien se ha convertido en un revivalista cristiano, en una presentación “Sunday Service” en París, el 27 de febrero de 2020. Foto: Valerio Mezzanotti/The New York Times

McKeon no quiso explicar por qué Mercury no estuvo incluida entre las compañías que recibieron desembolsos en la reciente declaración de la campaña de West a la Comisión de Elecciones Federales, que mostró que West le había dado a la campaña casi 7 millones de dólares.

La declaración mostró que West también había contratado tanto a una firma de tendencia republicana, Atlas Strategy Group, como a una de orientación demócrata, Millennial Strategies, para que lo ayudaran a lograr entrar en las boletas. Sin embargo, Millennial decidió retirarse de la campaña tras estar allí menos de un mes, poco después de la aparición de West en Carolina del Sur, en la que dijo que Harriet Tubman “nunca liberó realmente a los esclavos” y que “solo logró que los esclavos trabajaran para otras personas blancas”.

Posteriormente, se reveló que otros miembros del Partido Republicano estuvieron ayudando a West a entrar en las boletas electorales, como Lane Ruhland, una abogada electoral que ha trabajado para la campaña de Trump en Wisconsin; Rachel George, consultora republicana en Colorado; y Gregg Keller de Atlas, exdirector ejecutivo de la Unión Conservadora Estadounidense.

West llamó por primera vez a un periodista del Times para este artículo el 11 de agosto, cerca de la medianoche en la zona horaria de la costa este pero un par de horas más temprano en Cody, Wyoming, donde él reside. Había acabado de tuitear: “Estoy dispuesto a hacer una entrevista en vivo con The New York Times sobre mi reunión con Jared”, refiriéndose a una reunión reciente que tuvo con Jared Kushner, el yerno de Trump, sobre la que el Times había estado preguntando.

Durante la llamada, West se mostró disgustado e insistió en realizar una entrevista en vivo por Zoom, exigiendo que el editor del Times también estuviera presente, a lo que el reportero del Times se opuso.

“Yo soy Kanye, ¿quién eres tú?”, preguntó West, añadiendo, “soy el jefe de todo”.

También expresó angustia por el aborto, dijo que no apoyaba a los demócratas por reflejo y preguntó: “¿Alguien en tu revista cree en Jesús?”.

Durante una serie de mensajes de texto de seguimiento, West envió un videocomentario sobre su candidatura de parte de Mike Cernovich, un activista de extrema derecha, y también calificó a la fundadora de Planned Parenthood, Margaret Sanger, como “una racista declarada” (recientemente Sanger fue renegada del grupo por su apoyo a la eugenesia). También envió innumerables estadísticas sobre las tasas de aborto entre las mujeres negras, señalando que son más altas que las de otros grupos étnicos, aunque la brecha lleva años reduciéndose, a medida que han caído las tasas de aborto.

Ante esto, se le preguntó: “¿Considera que el aborto es la razón principal por la que está haciendo esta campaña presidencial?”.

“¿Cómo te hacen sentir estos hechos?”, escribió West en respuesta. “Como persona”. “??”.

West ofreció más detalles durante una reciente entrevista con Nick Cannon, el actor y presentador de pódcast, en la que fue despectivo hacia Biden y afirmó: “Déjame decirte quién es el más racista: el liberal racista. Cuando una persona blanca me dice que voy a dividir los votos, es mejor no se pase de la raya, viejo”.

También aseguró que sus aspiraciones políticas no terminarían en 2020.

“La razón por la que sé que en algún momento —en algún momento puede ser dentro de tres meses o dentro de tres años y medio— seré un gran presidente es porque soy sensible”, dijo West. “Estoy aquí para servir. Incluso siendo Géminis, siento la energía en la habitación, leo el lenguaje corporal, las energías, y me duele. Me duele el país, me duelen no solamente las personas negras sino todas las personas en Estados Unidos. Me duelen todas las personas del mundo”.

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