En el que es considerado el proceso electoral más relevante desde el retorno a la democracia en el país austral hace tres décadas, más de 14,7 millones de chilenos están llamados a votar.
Con mascarillas y esperanza, los chilenos votan este domingo si cambian la Constitución redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), justo un año después de una marcha histórica que reunió a más 1,2 millones de personas una semana después del inicio de las protestas sociales.
En el que es considerado el proceso electoral más relevante desde el retorno a la democracia en el país austral hace tres décadas, más de 14,7 millones de chilenos están llamados a votar en este plebiscito en el que se decidirá sobre las opciones “Apruebo” o “Rechazo” al cambio de una Carta Magna que tuvo varias reformas durante la democracia.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, votó temprano y pidió a sus compatriotas acudir a las urnas “porque todas las voces importan”. También llamó a “rechazar la violencia y abrazar el camino de la unidad”, agregó en el Colegio San Francisco del Alba, en el barrio acomodado de Las Condes.
“Cualquiera sea el resultado, esta noche no es el fin, es recién el comienzo del futuro”, apuntó el presidente conservador que asumió al poder en marzo de 2018 y que ha afrontado la crisis social más grave que ha tenido Chile en sus 30 años de democracia, profundizada por el golpe económico que ha supuesto la pandemia de coronavirus.
“Hemos esperado mucho más de un año (por esto), es un evento histórico en nuestro país”, dijo a la AFP emocionado Elías Pérez, un psicólogo de 39 años, que quiso ser de los primeros en votar en el Estadio Nacional de Santiago, lugar emblemático en la historia chilena convertido para esta jornada en el centro de votación más grande del país.
El referéndum fue decidido tras un amplio acuerdo político alcanzado en noviembre del año pasado, casi un mes después del inicio, el 18 de octubre de 2019, de las protestas sociales y enfrentamientos violentos con la Policía tras el alza en la tarifa del boleto del Metro de Santiago.
Una semana después, el 25 de octubre, tuvo lugar la mayor marcha realizada en democracia. Más de 1,2 millones de personas se reunieron en torno a la Plaza Italia de Santiago, una demostración de la profundidad y amplitud del descontento social acumulado en décadas en un país considerado un modelo de crecimiento económico y estabilidad en América Latina.
– Un año convulso –
Un año exacto después de esa manifestación histórica, Chile se juega en las urnas la posibilidad de cambiar la Constitución redactada en 1980 y sepultar definitivamente la sombra de la dictadura de Pinochet, resolviendo por la vía pacífica los problemas de inequidad y exclusiones que detonaron el “estallido social” de octubre.
Pero para sus detractores, este proceso constituyente podría minar la salud de la economía y el desarrollo social.
“Un primer propósito de este proceso constituyente es dejar atrás la sombra de la dictadura de Pinochet (…) para tener una nueva Constitución sin el pecado original de haber sido elaborada bajo el uso de la fuerza”, explicó a la AFP Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago.
El segundo objetivo, agregó Mella, es “poder resolver por la vía política y pacífica los problemas que se han transformado en estructurales y que banalizan el funcionamiento de la democracia chilena”, como la desigualdad y la exclusión.
Para los que partidarios de la opción “Rechazo”, la estabilidad de Chile está en juego. Temen que se agudice la violencia que ha acompañado a la movilización social de este año, que se salda con una treintena de fallecidos, miles de heridos y daños millonarios en el mobiliario público y el comercio.
– Voto en pandemia –
Los sondeos dan un amplio respaldo a la opción “Apruebo”, con entre un 60% y un 75% de las preferencias. Pero la pandemia -que el sábado superó los 500.000 contagiados y casi 14.000 fallecidos en Chile en casi ocho meses- suma incertidumbre sobre la participación electoral en un país donde el voto es voluntario.
Las urnas abrieron a las 08H00 locales (11H00 GMT) y funcionarán excepcionalmente 12 horas, con un horario especial para los mayores de 60 años, restricciones en los accesos y la prohibición de votar para los contagios activos de covid-19 (cerca de 10.000, según el último reporte).
Además de elegir entre “Apruebo” y “Rechazo”, los electores también definirán el órgano que redactará la eventual nueva Constitución: una “Convención Mixta”, compuesta por 172 miembros, distribuida a partes iguales entre ciudadanos electos y parlamentarios en ejercicio, o una “Convención Constitucional”, de 155 miembros, en la cual todos sus integrantes deben ser elegidos popularmente.
De triunfar el “Apruebo”, Chile iniciará un proceso que se extenderá por unos dos años para redactar una nueva Constitución. El primer paso se dará el próximo 11 de abril con la elección de constituyentes, quienes tendrán entre nueve meses y un año para redactar una nueva Constitución.
El nuevo texto deberá ser ratificado en un segundo referéndum.