La lujosa cabaña de Incline Village, Nevada, justo al norte del lago Tahoe, tiene jacuzzi, sauna, mesa de billar, fogón, dos terrazas y un patio trasero lleno de pinos. Tiene capacidad para catorce personas, según el anuncio en Airbnb. Y ha sido una pesadilla para Sara Schmitz, una jubilada que vive al lado.
De manera frecuente, la casa es el escenario de estridentes despedidas de soltero y bodas, dijo Schmitz. Recientemente, un grupo de estudiantes universitarios se alojó allí, y el humo de la marihuana que fumaban llegó hasta su casa. Cuando ella les pidió que no lo hicieran, tiraron basura en su jardín.
“Constantemente es una casa de fiestas”, dijo Schmitz, de 57 años. Ha llamado a la policía una decena de veces para quejarse de la propiedad y se unió al Incline Village STR Advisory Group, una organización que lucha contra los alquileres a corto plazo, cuya fuente más importante es Airbnb.
El caso de Schmitz forma parte del “problema de las casas de fiestas” que enfrenta Airbnb. Se trata de los huéspedes que reservan sus propiedades y hacen fiestas en ellas, algo que parece estar ocurriendo con más frecuencia durante la pandemia del coronavirus porque la gente busca lugares para socializar ahora que los bares están cerrados y los hoteles son considerados como lugares riesgosos. En julio, la policía de Nueva Jersey interrumpió una fiesta en un Airbnb con más de 700 personas.
Las casas usadas para hacer fiestas representan un riesgo para la reputación y el negocio de Airbnb, ya que la compañía de 18.000 millones de dólares se prepara para cotizar en la bolsa este año. En muchos vecindarios, la gente está descontenta con el ruido y las molestias de los alquileres. Las quejas sobre las casas de fiesta en sitios como Airbnb y Vrbo aumentaron un 250 por ciento entre julio y septiembre en comparación con el año pasado, según Host Compliance, que proporciona líneas de ayuda para los vecindarios en todo Estados Unidos y Canadá.
Lo peor es que esas viviendas plantean problemas de seguridad. Entre marzo y octubre, al menos 27 tiroteos estuvieron relacionados con los alquileres de Airbnb en Estados Unidos y Canadá, según un recuento de los reportes de las noticias locales realizado por Jessica Black, una activista que lucha contra los alquileres a corto plazo. El recuento fue verificado por The New York Times.
A lo largo de los años, los empleados de Airbnb han presionado a los ejecutivos para que solucionen el problema de las casas de fiestas, dijeron seis personas que han trabajado en temas de seguridad de la compañía. Sin embargo, señalaron que la empresa dio prioridad al crecimiento hasta que un tiroteo mortal sucedido el pasado Halloween en una propiedad de alquiler ofrecida por Airbnb llegó a los titulares nacionales. Cinco personas murieron en ese incidente.
Los problemas están provocando muchas peleas entre Airbnb y las comunidades sobre cómo regular los alquileres de las propiedades. Grupos como el de Incline Village están alzando cada vez más la voz y comparten sus estrategias para luchar contra los alquileres a corto plazo. Recientemente ciudades como Chicago, San Diego, Atlanta y Ann Arbor, Míchigan, han propuesto o promulgado reglas o prohibiciones más estrictas para las propiedades.
“La viabilidad y rentabilidad de Airbnb a largo plazo va a tener un gran signo de interrogación” si no se resuelve el tema de las fiestas, comentó Karen Xie, una profesora de la Universidad de Denver que investiga la industria de los alquileres a corto plazo.
Christopher Nulty, portavoz de Airbnb, dijo que la compañía está combatiendo las casas de fiestas con “nuevas y robustas políticas, además de productos y tecnologías para detener las grandes reuniones, lo cual excede por mucho las medidas tomadas por otras empresas”. Dijo que Airbnb ha hecho cambios a pesar de que esas medidas “impactaron deliberadamente el crecimiento y las noches reservadas”.
Airbnb comenzó a implementar nuevas reglas contra las casas de fiestas durante la misma época en que se preparaba para presentar su solicitud para cotizar en la bolsa. En julio, dijo que los usuarios menores de 25 años con menos de tres críticas positivas en el sitio no podían reservar casas enteras cerca de donde viven. En agosto, el mes en el que solicitó la cotización en la bolsa, impuso un límite de 16 personas en las reservaciones, prohibió las fiestas y demandó a los huéspedes responsables de los eventos.
El mes pasado, comenzó a probar una tecnología para bloquear las reservas sospechosas de último minuto y suspendió algunas casas de fiestas de sus listados. Además, antes de Halloween, la fecha del primer aniversario del tiroteo en el Airbnb en Orinda, California, prohibió los alquileres de una noche durante Halloween.
Durante mucho tiempo, Airbnb ha luchado con los problemas de seguridad, dijeron los seis exempleados que trabajaron en temas de confianza y seguridad y que pidieron no ser identificados.
Dos de ellos dijeron que le pidieron a la empresa que demandara por los daños a las personas que frecuentemente hacían fiestas en los alquileres, pero los ejecutivos temían que eso llamara la atención sobre los hechos. Varios también dijeron que presionaron para limitar o eliminar la opción de “reserva instantánea”, con la que se confirman las reservaciones inmediatamente sin requerir la aprobación del anfitrión. No obstante, esa función, que fue utilizada por casi el 70 por ciento de los listados en 2019, aumentó la comodidad y le dio más competitividad a Airbnb ante los hoteles. Así que la empresa no hizo nada, señalaron.
Nulty dijo que Airbnb promovió la función de reserva instantánea para que los anfitriones no pudieran discriminar a los huéspedes negándoles el servicio, y añadió que los anfitriones pueden desactivar la función. Negó que se haya instado a los ejecutivos a demandar a los promotores de fiestas y dijo que su equipo legal no rechazó las propuestas debido a la preocupación por la atención pública.
En Incline Village, que tiene una población de casi 9000 habitantes, las casas de fiesta de Airbnb han fastidiado cada vez más a los residentes. Poco después de que Joe y Edie Farrell, fisioterapeutas retirados, se mudaran permanentemente a su casa de vacaciones allí el año pasado, la vivienda de al lado se convirtió en un Airbnb. La música y los borrachos generaron “diez días de ansiedad” alrededor del 4 de julio, dijo Edie Farrell, de 70 años.
“Airbnb es básicamente ayudar a la gente a montar un hotel en nuestro vecindario”, dijo Joe Farrell, de 68 años. “Ahora debemos preocuparnos por la seguridad, la paz y la tranquilidad”.
Luego sucedió el fatal tiroteo del año pasado en el Airbnb de Orinda. Un artículo de Vice que describía los listados fraudulentos de Airbnb y las cuentas falsas de huéspedes también se volvió viral, lo cual hizo que se cuestionara la confianza de la empresa.
En respuesta, Airbnb dijo que prohibiría las fiestas realizadas por organizadores profesionales que se promocionan en las redes sociales. También dijo que verificaría que los siete millones de listados que tiene correspondan a lo anunciado para el 15 de diciembre de 2020, y anunció una línea telefónica global para que los vecinos reporten las fiestas. Además, ascendió a su dirigente de políticas, Margaret Richardson, al puesto de vicepresidenta de confianza (Richardson ya renunció a la compañía).
Sin embargo, cuando llegó la pandemia en marzo, los ejecutivos se esforzaron por mantener la compañía a flote. Las verificaciones se estancaron (Airbnb dijo que el 40 por ciento de los listados han “comenzado el proceso de verificación”). La línea telefónica directa para los vecindarios, que se suponía que estaba disponible a nivel mundial, solo es accesible en Estados Unidos, Canadá y los Países Bajos.