OAKLAND, California — En las semanas previas a noviembre, Iashia Kilian sintió que su ansiedad se agudizaba.
Sabía que su voto en el estado pendular de Míchigan ayudaría a decidir quién sería el próximo presidente de Estados Unidos. Había hecho todo lo posible para contribuir a la campaña de su candidato preferido. Ahora, lo único que restaba era quedarse tranquila, esperar y asegurarse de que tuviera a la mano sus comestibles de marihuana favoritos.
“El pánico, los sentimientos de ansiedad, todo ha sido demasiado. Sabía que solo lograría superarlo con un poco de ayuda”, dijo Kilian, de 43 años, quien vive en Center Line. “Solía ser el tipo de persona que juzgaría a alguien, sobre todo a una madre como yo, a quien le gustaran los comestibles. Pero, ¿sabes qué? Todo lo que está pasando en este país es demasiado. La gente necesita un poco de ayuda”.
Para muchas personas en Estados Unidos, la ayuda llegó en la forma de gomitas, galletas, chocolates y cápsulas de gel, todos imbuidos con una dosis de cannabis calibrada para aliviar los nervios del día de las elecciones. Aunque es difícil recabar información sobre el consumo a nivel nacional, las empresas que se especializan en comestibles dijeron que las ventas se dispararon en las semanas previas a la elección.
Los comestibles ya no son un producto marginal limitado a los pastelillos de marihuana en los dormitorios universitarios, ahora se están vendiendo como parte de la industria del bienestar y se comercializan como básicos de la despensa. O, como hace poco alardeó un grupo de Facebook, ahora hay un comestible para cada tipo de ansiedad.
Las encuestas nacionales y las elecciones muestran que los estadounidenses cada vez están más interesados en legalizar el uso de la marihuana. De acuerdo con encuestas realizadas por Gallup, el apoyo a la legalización de la marihuana aumentó del 12 por ciento en 1969 al 31 por ciento en 2000 y al 66 por ciento en 2019. Asimismo, el 3 de noviembre, los votantes en Nueva Jersey, Dakota del Sur, Montana y Arizona añadieron su estado a los otros 11 que ya habían legalizado el uso recreativo de la marihuana. Misisipi y Dakota del Sur hicieron legal el uso medicinal de la marihuana, por lo cual ahora es legal consumirla en 35 estados.
Esta victoria en el día de las elecciones significa que las ventas legales de marihuana pronto llegarán a un tercio de los estadounidenses, expandiendo un mercado que de por sí ha tenido un auge de ventas durante la pandemia.
En grupos de Facebook dedicados a los comestibles, la gente compartió recetas para calmar los nervios por las elecciones. Los brownies Biden y las trufas Trump fueron dos de las recetas publicadas, junto con una nota que decía que, sin importar a qué partido le fuera uno, probablemente le vendría bien un comestible para poder soportar la espera del conteo de los votos.
Pese a que los medios noticiosos declararon el sábado que Joe Biden era el presidente electo, mucha gente dijo que seguía ansiosa por los litigios en torno al conteo de votos que se presentarían en los tribunales, y la incertidumbre de la transición de poder del presidente Donald Trump.
“Primero fue la pandemia, luego el verano con todos los temas de justicia social, y ahora el estrés por las elecciones”, comentó Coco Meers, cofundadora y directora ejecutiva de Equilibria, una compañía enfocada en mujeres que se especializa en CBD, un compuesto derivado del cáñamo. “Ha sido una cosa tras otra, lo cual ha llevado a una demanda extraordinaria de cannabis”.
Durante el último mes sus ventas han aumentado más del 40 por ciento con respecto a los meses previos, sin hacer mercadotecnia ni promociones, afirmó Meers. La demanda de las cápsulas de gel con CBD se ha disparado, junto con un servicio de conserjería que ayuda a los clientes de Equilibria a decidir cuánto consumir, con qué frecuencia y a qué hora del día es preferible ingerir las cápsulas.
“Sin duda, se está normalizando”, dijo Meers. “Nos están llamando abuelas que nunca creyeron estar abiertas a consumir cannabis. Los grupos de mamás lo comentan abiertamente. Se ha vuelto algo reconocido para ayudar a la gente a lidiar con la ansiedad”.
En Nueva York, Doug Cohen y su socio de negocios, el chef Miguel Trinidad, comenzaron una experiencia gastronómica de marihuana en varios tiempos, que generalmente cuesta 150 dólares por persona. Durante la pandemia, cambiaron de preparar comidas enteras a ofrecer cursos de cocina, ayudando a los clientes a experimentar con nuevas maneras de saltear, sellar, asar y hornear con marihuana en casa. La demanda de clases de cocina para preparar comestibles en el hogar se disparó conforme la elección se acercaba.
“Yo diría que nos han contactado de tres a cuatro veces más personas durante las últimas semanas”, dijo Cohen.
Los platillos para preparar en casa son menos complicados que los fideos picosos estilo Sechuán con marihuana o la res wagyu sellada de Japón que la compañía solía ofrecer a sus comensales. Una de las recetas más solicitadas es la de helado de chocolate con cerezas, chile y cannabis.
“La comida como concepto da mucho menos miedo que fumarla. Se siente más fácil y es algo que puede ser parte de tu rutina”, dijo Cohen. “Si puede tener un buen sabor y además ayudar a calmar tu ansiedad, es una ganancia doble”.
Añadió que muchos clientes se habían interesado más en los comestibles de marihuana porque, durante la pandemia, querían evitar dañar sus pulmones con el humo del cigarro.
En general parece que los profesionales médicos concuerdan en que los comestibles parecen ser más seguros que fumar o vapear, pero también advierten que sí conllevan algunos riesgos. Los efectos psicoactivos de los comestibles quizá tarden horas en sentirse, lo cual podría hacer que la gente consuma más gomitas o chocolates de las que debería porque se siente impaciente por sentir el efecto.
Daria Carmon, de 39 años, dijo que los comestibles se habían vuelto parte de su rutina de cuidado diario antes de la elección.
“Hay demasiada tensión, demasiadas cosas están pasando, y la gente necesita cuidarse a sí misma”, comentó Carmon, que vive en Brooklyn. Añadió que la normalización de los comestibles significaba que la gente comentaba y discutía sin tapujos qué dosis, marcas y tipos les gustaban más. “
Por ejemplo, ella ha aprendido que sus comestibles deben ser “no muy sabrosos”.
“Tuve que dejar de comprar unos de caramelo con sal porque estaban demasiado deliciosos y me preocupaba extralimitarme”, dijo Carmon. “Me imagine una situación en la que estaba viendo los resultados electorales queriendo comer algo y resulta que lo más sabroso que tenía en casa eran mis comestibles. No es conveniente”.