En una entrevista, Fauci nos dice cómo sobrevivir los próximos meses y confiesa lo mucho que se asombra cuando la gente sigue insistiendo en que el virus es una noticia falsa.
Como periodista de salud, médica y excorresponsal que vivió el síndrome respiratorio agudo grave en Pekín, con frecuencia recibo preguntas de amigos, colegas e incluso de desconocidos sobre cómo vivir durante nuestra pandemia actual. ¿Me parece seguro planear una boda de verdad para junio próximo? ¿Enviaría a mis hijos a la escuela, con las precauciones adecuadas? ¿Cuándo confiaré en una vacuna?
A la última pregunta, siempre contesto: “Cuando vea que Tony Fauci se la pone”.
Como muchos estadounidenses, me fijo en lo que hace y dice Anthony S. Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país y miembro del grupo de trabajo de la Casa Blanca en materia del coronavirus. Cuando le dijo a The Washington Post que no limpiaba los paquetes, sino que solo los dejaba sin abrir un par de días, comencé a hacer lo mismo. En octubre, comentó que metía a su casa las bolsas del supermercado; solo se lava las manos después de vaciarlas (¡yo también!).
Ahora nos encontramos en una peligrosa transición política, los casos de coronavirus se están disparando en buena parte del país y Fauci y el grupo de trabajo original en gran medida se han hecho a un lado. El presidente electo Joe Biden ya nombró a su propio grupo de trabajo, pero no puede hacer mucho hasta quela Administración General de Servicios señale que acepta los resultados de la elección. Y Fauci me dijo que todavía no ha hablado con el grupo de trabajo de Biden. El presidente Donald Trump se ha opuesto a las normas sobre la transición en las cuales el equipo anterior y el nuevo se informan y coordinan.
Los últimos meses tumultuosos han estado plagados de vacíos de información (todavía estamos aprendiendo sobre el nuevo coronavirus), desinformación (con frecuencia por parte del presidente) y una serie de “expertos” —gente de salud pública, modeladores matemáticos, cardiólogos y médicos de salas de urgencias como yo— que dan sus opiniones en televisión. Sin embargo, durante todo este tiempo, la persona a la que más quiero escuchar es Fauci. Se trata de un hombre honesto, sin conflictos de interés —políticos o financieros— o, a los 79 años, ambiciones profesionales. No tiene intereses, además de nuestro bienestar.
Así que le pregunté cómo es que los estadounidenses podrían esperar que fuera la vida en los próximos seis a nueve meses. ¿Cómo deberíamos comportarnos? ¿Y qué debería hacer el próximo gobierno? Algunas respuestas se han editado para darles mayor claridad y concisión.
P: ¿Hay dos o tres cosas que en su opinión el gobierno de Biden debería hacer desde el primer día?
R: Hay algunos estados en algunas regiones del país que de algún modo no parecen haber aprendido las lecciones que podrían o deberían haber aprendido cuando la ciudad de Nueva York y otras grandes urbes se vieron afectadas por el brote de coronavirus. Y esas lecciones son implementar algunas medidas básicas de salud pública. En verdad quiero ser explícito en torno a esto, porque siempre que hablo sobre cosas sencillas como el uso generalizado de cubrebocas, mantener una distancia física segura, evitar aglomeraciones (en especial en espacios cerrados), hacer cosas al aire libre siempre y cuando el clima lo permita, así como lavarse las manos con frecuencia, eso no significa poner en cuarentena al país. Podemos seguir teniendo un margen de maniobra considerable para los negocios, para la recuperación económica, con solo seguir esas sencillas medidas. Por desgracia, lo que estamos viendo es una respuesta muy exagerada a eso. Y, de manera inevitable, conduce al tipo de aumentos repentinos en los casos que vemos ahora.
P: ¿Considera que necesitamos una política nacional como la orden nacional de usar cubrebocas? El gobierno actual ha dejado buena parte del manejo del coronavirus en manos de los estados.
R: Me parece que debería haber un uso generalizado del cubrebocas. Si podemos lograr eso con los alcaldes, gobernadores y las autoridades locales, bien. Si no, deberíamos considerar una medida nacional de manera seria. La única razón por la cual no lo recomiendo con firmeza es que, por lo general, las medidas que se implementan de lo nacional hacia abajo suscitan algo de rechazo de una población renuente a la que no le gusta que le digan qué hacer. Así que tal vez acaben teniendo el efecto contrario de que la gente se oponga aún más.
P: Muchos lugares donde se ha ordenado usar cubrebocas han tenido problemas para hacer cumplir esa orden.
A: De hecho, esa es una de las razones por las que mucha gente, y me incluyo, tiene reticencia [a apoyar un mandato nacional]. Si tienes un mandato tienes que hacerlo cumplir. Y con suerte podemos convencer a la gente al ver lo que está pasando en el país. Sin embargo, debo decirte, Elisabeth, que me sorprendió el hecho de que, en ciertas áreas del país, aun cuando la devastación del brote es evidente, algunas personas siguen diciendo que son noticias falsas. Eso es algo muy difícil de superar. ¿Por qué insistir en que algo se tiene justo enfrente no es real?
P: La gente suele pensar en los cierres de emergencia como algo binario. O está abierto o está cerrado. Con frecuencia, cuando se contestan preguntas sobre cómo se debe vivir, se empieza por: ‘Bueno, formo parte de un grupo de alto riesgo…’, así que me gustaría escuchar la jerarquía de Fauci de “es seguro e importante mantener abierto con precauciones” y “cosas que no son seguras en ninguna circunstancia”.
R: La razón por la cual respondo con un cierto grado de inquietud es porque los propietarios de esos negocios han comenzado a enojarse mucho conmigo. Hay algunos negocios esenciales que quieres mantener abiertos. Quieres mantener las tiendas de alimentos abiertas, los supermercados abiertos, cosas que la gente necesita para subsistir. Si lo haces de manera adecuada, puedes mantener abiertos algunos negocios no esenciales, sabes, como las tiendas de ropa, las tiendas departamentales.
P: Nos dirigimos hacia los meses invernales. En un restaurante o en una reunión en un espacio cerrado puedes implementar la distancia social. Pero, ¿te sentirías bien estando ahí sin cubrebocas?
R: Si estuviéramos en una zona de alto contagio como estamos ahora, donde hay tantas infecciones a nuestro alrededor, me sentiría bastante incómodo de estar incluso en un restaurante. Y en especial si estuviera lleno a su máxima capacidad.
P: Veo que se ha ido a cortar el pelo. ¿Qué opina de las peluquerías y salones de belleza?
R: De nuevo, todo depende. Solía cortarme el pelo cada cinco semanas. Ahora me lo corto cada doce. Claro, tanto yo como la persona que me corta el pelo usamos cubrebocas.
P: ¿Y el transporte? ¿Los trenes? ¿Los aviones? ¿El metro? ¿Cómo vamos en eso?
R: Depende de tus circunstancias específicas. Si te encuentras en la categoría de más alto riesgo, en la medida de lo posible, no vayas a ninguna parte. O si vas a algún lugar, tienes auto, viaja solo, no te subas a un vagón del metro abarrotado, no te subas a un autobús abarrotado ni a un avión. Si eres mayor de 25 años y no tienes enfermedades subyacentes, es muy distinto.
R: ¿Los bares?
A: Los bares son problemáticos. Debo decirte, si observas algunos de los brotes que he visto, se dan cuando la gente va a bares, a bares repletos de gente. Sabes, yo solía ir a bares. Solía sentarme en la barra y tomarme una cerveza con una hamburguesa. Pero cuando estás en un bar, la gente se asoma por encima de tu hombro para pedir algo de beber, la gente está muy cerca entre sí. Es divertido porque es social, pero no lo es cuando el virus está en el aire. Así que yo pensaría que si hay algo que quieres evitar en este momento son los bares.
P: Algunas aerolíneas y algunos estados le están diciendo a la gente que tiene que hacerse una prueba de coronavirus antes de subirse a un avión o visitar otro estado. En términos médicos, ¿eso tiene sentido?
R: Si el resultado de prueba es negativo cuando llegas al avión —salvo en la circunstancia extraordinaria de que estés en esa pequeña ventana de incubación antes de salir positivo— eso es algo bueno.
P: Si usted tuviera un plan nacional de pruebas, ¿cómo sería?
R: Pruebas de vigilancia. En un sentido literal, inundar el sistema con pruebas. Que puedas tener una prueba para poder hacértela en casa, eso es muy importante y muy específico. Y ¿sabes por qué sería fabuloso? Porque si decidieras que quieres tener una pequeña reunión en tu casa con tus suegros y un par de niños, tienes una prueba ahí mismo. No es cien por ciento seguro. No dejes que lo perfecto sea enemigo de lo bueno. Pero, si todos se hacen la prueba antes de sentarse a cenar, el riesgo que tienes disminuye de manera drástica. Puede que no se elimine, sabes, no vivimos en una sociedad libre de riesgos.
P: Existen varias vacunas prometedoras. Sin embargo, hay mucho escepticismo porque hemos visto a la FDA estar bajo presión comercial y, cada vez en mayor grado, política. ¿Cuándo sabremos si está bien administrarnos una vacuna? ¿Y cuál?
R: Es muy sencillo cuando tienes vacunas que son 95 por ciento efectivas. No hay nada mejor que eso. Me parece que lo que la gente necesita valorar —y es por eso que lo he dicho quizá cien veces en las últimas dos semanas— es el proceso mediante el cual se toma una decisión. La empresa analiza los datos. Yo analizo los datos. Luego, la empresa le envía los datos a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés). La FDA tomará la decisión de dar una autorización de uso de emergencia o una aprobación de licencia de aplicación. Y tienen a científicos de carrera que son de verdad independientes. No tienen compromisos con nadie. Luego, está otro grupo independiente, el Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados. El comisionado de la FDA se comprometió de manera pública a actuar conforme a la opinión de los científicos de carrera y el comité asesor.
P: ¿Usted cree que los científicos de carrera tendrán la última palabra?
R: Sí, sí.
P: ¿Y las decisiones que se tomarán en este periodo de transición —como el plan de distribución de las vacunas— limitan de alguna manera las opciones de un nuevo gobierno?
R: No, no creo. Creo que un nuevo gobierno tendrá la opción de hacer lo que decida. Pero te puedo decir qué va a suceder, independientemente de la transición, tenemos gente totalmente comprometida con hacer bien las cosas que va estar involucrada en esto. Así que tengo confianza en eso.
P: ¿Cuándo cree que podremos deshacernos de nuestros cubrebocas?
R: Creo que tendremos que tener algún grado de medidas sanitarias junto con una vacuna durante un tiempo considerable. Pero comenzaremos a acercarnos a la normalidad —si la gran mayoría de las personas se vacuna— a medida que nos acerquemos al penúltimo o último trimestre [de 2021].