En el cumpleaños del presidente ruso Vladimir Putin, varios miembros de las Pussy Riot, entre ellas Veronika Nikulshina y Maria Aliójina, colgaron banderas arcoíris, símbolo de la comunidad LGTB, en varios edificios gubernamentales, como la sede del Tribunal Supremo y la del Servicio Ruso de Seguridad.
Dos militantes del grupo punk ruso Pussy Riot fueron condenadas por la justicia de Rusia a pagar una multa por haber participado en octubre en una acción antihomofobia en Moscú, informó el lunes su abogado.
El 7 de octubre, la fecha del cumpleaños del presidente ruso Vladimir Putin, varios miembros de las Pussy Riot, entre ellas Veronika Nikulshina y Maria Aliójina, colgaron banderas arcoíris, símbolo de la comunidad LGTB, en varios edificios gubernamentales, como la sede del Tribunal Supremo y la del Servicio Ruso de Seguridad (FSB).
Ambas fueron condenadas por esta acción el lunes por dos tribunales diferentes de Moscú a multas de 10.000 y 15.000 rublos, respectivamente (110 y 116 euros, 130 y 137 dólares), declaró a la AFP su abogado Sergéi Telnov.
“Vamos a recurrir estas sentencias (…) que representan una violación a la libertad de expresión y al derecho de reunión”, aseguró.
El grupo Pussy Riot presentó el mes pasado esta acción en su página de Facebook como un “regalo de cumpleaños” para Putin, y pidieron al presidente que derogue la ley rusa de 2013 que prohíbe la información homosexual dirigida a los menores, y que ha servido a menudo para perseguir a militantes LGTB.
Una las enmiendas constitucionales que puso en marcha Putin y que fueron aprobadas en julio en un escrutinio nacional, declaró que el matrimonio en Rusia pasa a ser solo “la unión entre un hombre y una mujer”.
Maria Aliójina fue arrestada en febrero de 2012 con otros dos miembros de las Pussy Riot tras haber interpretado un “rezo punk” para pedir a la Virgen María que “echara a Putin” del poder, y pasó 21 meses detenida.
Por su parte, Veronika Nikulshina forma parte de los militantes detenidos y condenados a penas cortas de prisión tras haber invadido un terreno de fútbol durante la Copa del Mundo en Rusia, en julio de 2018, para denunciar los abusos de la policía rusa.