“A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos eso como país”, indicó Biden en un breve y sombrío discurso para marcar distancia con la postura de Trump con respecto al virus.
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, rindió ayer martes un homenaje a los 400.000 fallecidos por el covid-19 en Estados Unidos, tras aterrizar en Washington la víspera del cambio de mando, una ceremonia marcada por la ausencia del mandatario saliente Donald Trump.
Su primer acto tras aterrizar en Washington fue recordar a los fallecidos por la pandemia, en una ceremonia solemne delante del estanque de la explanada de la capital estadounidense, que fue iluminado con velas para recordar a los fallecidos.
Biden estuvo acompañado de su esposa Jill y de quien será su vicepresidenta Kamala Harris, mientras sonaba la canción “Hallelujah” de Leonard Cohen.
“A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos eso como país”, indicó Biden en un breve y sombrío discurso para marcar distancia con la postura de Trump con respecto al virus.
Desde la Casa Blanca, el mandatario saliente cambió su tono este martes y por primera vez le deseó éxito al gobierno entrante, un día antes de un cambio de mando marcado por la crispación y la división en un país conmocionado por la violenta toma del Capitolio hace 12 días.
El traspaso será una ceremonia única en la historia, lastrada por la pandemia, el temor a la violencia y la ausencia del presidente saliente, que rompe así con una tradición de 150 años.
Biden llegó a una ciudad sitiada, con una fuerte presencia de la Guardia Nacional y con todo el centro acordonado para evitar cualquier disturbio.
Justo en el momento en que el avión de Biden tocó tierra, la Casa Blanca difundió el mensaje de despedida de Trump en el que pidió rezar por el éxito del nuevo gobierno para que “Estados Unidos siga siendo un lugar seguro y próspero”.
Aunque sin nombrar a su sucesor, Trump se distanció de su estrategia de confrontación y de su tenaz voluntad de impugnar los resultados, una postura que mantuvo durante dos meses, en los que denunció -sin pruebas- que hubo fraude en las elecciones de noviembre.
Desde que Twitter lo vetó por sus constantes mensajes incendiarios y de desinformación, el mandatario ha dejado prácticamente de comunicarse con los ciudadanos.
Apartado de los ritos republicanos, dejará la residencia oficial sin recibir al nuevo inquilino e iniciará una nueva vida en su residencia del club de golf Mar-a-Lago, en Florida.
– “Esto es Estados Unidos” –
Biden dejó su casa, donde estuvo recluido la mayor parte de la pandemia, con un emotivo discurso en el que entre sollozos y recuerdos de su hijo fallecido afirmó que cuando él muera el estado de Delaware estará grabado en su corazón.
Hoy miércoles, cuando jure el cargo, Biden será el presidente de más edad en comenzar su mandato en Estados Unidos. En sus palabras destacó la elección de Harris, como su vicepresidenta, que pasará a la historia como la primera mujer en ocupar el cargo. Además es la primera persona negra y de origen indio en ser elegida para este puesto.
“Esto es Estados Unidos”, destacó Biden, resaltando su decisión.
En las últimas horas de su mandato, Trump se reunió con un círculo cada vez más exiguo de leales que lo respaldaron durante dos meses, en su esfuerzo inútil de anular los resultados de las elecciones de noviembre.,
Una marcada deserción es la del que fue su escudero en el Senado, Mitch McConnell, líder saliente de la mayoría republicana, que lo acusó desde el hemiciclo de “provocar” a la turba que atacó el Capitolio el 6 de enero.
La última encuesta de Gallup del presidente reveló el lunes que solo tenía una aprobación del 34%, su nivel más bajo. Trump ha tenido durante su mandato una aprobación media del 41%, la más baja de todos los inquilinos de la Casa Blanca, desde que Gallup comenzó a realizar esta medición en 1938.
– Contrastes y confluencias con su predecesor –
Biden se apresta a anunciar un cambio radical en la política del país para marcar distancia del lema “Estados Unidos primero” de Trump.
Lo primero será volver a la tradicional construcción de alianzas. Esta política comenzará con la vuelta de Estados Unidos al acuerdo climático de París desde “el primer día”.
Pero hay líneas marcadas por Trump que permanecerán en la política exterior, como el endurecimiento de la estrategia con China, el mantenimiento de la embajada en Israel en Jerusalén y la decisión de seguir reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino en Venezuela, según enunció Antony Blinken, nominado como jefe de la diplomacia.
En el frente económico, la elegida para dirigir el Departamento del Tesoro, Janet Yellen llamó al Congreso a mirar ahora en los gastos y preocuparse luego del déficit, ante la magnitud de la crisis múltiple que vive el país.