Aunque la pandemia ha acelerado la venta de bicicletas, la principal atracción es que las ciudades del mundo están empezando a restringir el tráfico motorizado. Algunas empresas apuestan a las bicicletas eléctricas como vehículos urbanos del mañana.
La industria del transporte ha visto el futuro y el futuro está en 1895.
Ese fue el año en que Ogden Bolton Jr., de Canton, Ohio, recibió la patente 552.271 de Estados Unidos para una “bicicleta eléctrica”. Poco más de un siglo después, las bicicletas eléctricas han ganado nueva preponderancia ahora que las empresas de autos y motocicletas como Ducati, Harley-Davidson, Jeep, Mercedes-Benz, Porsche y Yamaha han ingresado en el mercado con sus propios diseños.
Aunque la pandemia ha acelerado la venta de bicicletas, la principal atracción es que las ciudades del mundo están empezando a restringir el tráfico motorizado. Estas empresas están apostando a que las bicicletas eléctricas son los vehículos urbanos del mañana… o al menos los vehículos para una buena publicidad el día de hoy.
“En los últimos doce a dieciocho meses, han aparecido muchas marcas nuevas en el mercado”, comentó Andrew Engerlmann, director de mercadotecnia y ventas de bicicletas eléctricas en Yamaha, empresa que ha estado en el negocio de las bicicletas eléctricas desde 1993 y presume ventas por 2 millones de ejemplares a nivel mundial. “En Estados Unidos, no habíamos visto esta nueva energía hacia el ciclismo desde que Lance Armstrong ganó el Tour de Francia”.
El crédito va para la pandemia de la COVID-19, la cual ha desatado las ventas de todos los tipos de bicicletas, pero ninguna como la de las bicicletas eléctricas.
Aunque de enero a octubre del año pasado, las ventas por unidad de bicicletas subieron un 46 por ciento en comparación con el año anterior, las bicicletas eléctricas aumentaron un 140 por ciento. En dólares, las bicicletas regulares vieron un incremento del 67 por ciento y las bicicletas eléctricas, de un 158 por ciento… así que no esperes un descuento. Estas cifras, obtenidas de investigadores de mercado en NPD, no incluyen las ventas que solo se pueden hacer en línea como Rad Power Bikes, por lo tanto, las ventas de hecho podrían ser incluso más altas.
Aparte de Ogden Bolton, hay una conexión histórica entre las bicicletas y las motocicletas. Muchas de las primeras motocicletas fueron creaciones de fabricantes de bicicletas que simplemente montaron un motor en una bicicleta, que a menudo tenía los pedales al estilo de una bicimoto.
La conexión con la bicicleta de la industria automotriz es más reciente, cuando gente como Malcolm Bricklin y Lee Iacocca introdujeron las bicicletas eléctricas en la década de 1990. Al diseño de Iacocca, típico de la época, lo entorpecía una batería de plomo y ácido con un rango de 24 kilómetros y una velocidad máxima de 24 kilómetros por hora. Muchas automotrices, entre ellas Ford, Audi, Maserati y BMW, han ingresado y salido del mercado de las bicicletas eléctricas desde entonces.
“Ninguna empresa automotriz ha tenido éxito en ventas de una bicicleta eléctrica”, mencionó Don DiCostanzo, director ejecutivo de Pedego Electric Bikes, quien en 2014 le otorgó a Ford la licencia del diseño de una bicicleta. “Es una quimera. Nunca podrá remplazar las ganancias de un auto”.
No obstante, los fabricantes de autos y motocicletas se sienten atraídos. “Creo que están viendo muchas de las mismas oportunidades que nosotros vemos”, opinó Ian Kenny, quien dirige una iniciativa de bicicletas eléctricas en la empresa de bicicletas Specialized. “Pero creo que hay una gran diferencia entre demostrar que puedes hacer algo y hacerlo muy bien a escala”.
Sin embargo, los cambios en la manera en la que se desplaza la gente, en especial en Europa y Asia, están seduciendo a las automotrices que operan a nivel internacional. En el extranjero, en ciudades que controlan la contaminación y las calles atestadas mediante la restricción del tráfico motorizado, las bicicletas eléctricas a menudo llenan un hueco.
“En Europa, la bicicleta eléctrica es más bien una herramienta de transporte fundamental”, comentó Dirk Sorenson, analista de NPD. Londres, Madrid, Oslo y París forman parte de la creciente cantidad de ciudades que están restringiendo el tráfico en el centro.
La pandemia ha provocado que algunas ciudades estadounidenses hayan probado restricciones similares. Boston, Minneapolis y varias ciudades de California han instituido los programas Calles Lentas, los cuales restringen el tráfico motorizado en las calles secundarias en pro de las bicicletas y los peatones. En Nueva York, incluso ha forzado a UPS, Amazon y DHL a probar bicicletas eléctricas de carga.
“Hay una inmensa oportunidad para las bicicletas eléctricas en Estados Unidos, un país que representa un inmenso mercado sin explotar”, opinó Rasheq Zarif, experto en tecnología de movilidad de la consultoría Deloitte.
En la actualidad, algunas empresas se están preparando para la posibilidad de que la “micromovilidad”, según el rumor en boga, se ponga de moda aquí.
“Imaginemos que Harley-Davison no es una empresa de motocicletas, sino una empresa de movilidad”, dijo Aaron Frank, director de marca en Serial 1, empresa que fabrica bicicletas eléctricas en sociedad con Harley. “Hay un sólido argumento a favor de que podemos hacer lo que Harley-Davison hizo por las motocicletas, pero por la gente que viaja al trabajo en las ciudades”.
Otras empresas perciben las bicicletas eléctricas como una entrada para vender sus productos principales. Aunque es mejor conocida por sus motocicletas, Ducati North America quiere que las bicicletas eléctricas “generen compradores potenciales de Ducati”, comentó su director ejecutivo, Jason Chinnock. “Y hemos visto ese efecto en las personas en algunos eventos y porque los medios nos quieren contactar”.
Las bicicletas eléctricas, tal vez, sean más caras que las bicicletas normales, pero son más baratas que los autos y las motocicletas. Además, una mejor tecnología en el motor y la batería está bajando los precios. Se pueden tener bicicletas eléctricas de bajo costo con un motor en el buje de la rueda —similar al diseño de 1895— por unos 1000 dólares. Los precios de las versiones con motores más complejos y equipados en los pedales pueden ser superiores a 10.000 dólares.
“Gastar 1000 dólares en una bicicleta parece una locura, pero cuando no la consideras un juguete —cuando se convierte en un transporte— es una conversación muy diferente”, opinó Kenny.
El precio no es el único obstáculo. Las bicicletas eléctricas enfrentan un revoltijo incapacitante de leyes. Aunque la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor incluyó a las bicicletas eléctricas de “baja velocidad” (con un motor equivalente a un caballo de fuerza o menos), dentro de las bicicletas, los estados deciden donde pueden andar esas bicicletas.
“Los responsables de definir el uso son 50 estados y ese ha sido un gran problema en el pasado”, mencionó Claudia Wasko, gerente general de Bosch eBike, un prominente fabricante de sistemas de transmisión.
La coalición PeopleForBikes esbozó un modelo de legislación estatal para que la mayoría de las bicicletas eléctricas puedan andar en los carriles para bicicletas y los parques. Sugiere tres clases de bicicleta eléctrica, con una velocidad máxima de entre 32 y 45 kilómetros por hora. Veintiocho estados han adoptado algún tipo de versión de la legislación.
En la industria de la bicicleta, hay quienes creen que todo esto huele a déjà vu. En la década de 1970, se pensó que un auge de las bicicletas iba a presagiar un nuevo futuro para el transporte en el cual el ciclismo iba a ser fundamental. Sin embargo, no ocurrió así. Aunque hubo muchos factores que contribuyeron, las calles no estaban hechas para las bicicletas y la gente no quería llegar sudada al trabajo.
Con la combinación de los programas Calles Lentas, los cuales abordan el primer problema; las bicicletas eléctricas, las cuales abordan el segundo, y una pandemia que le ha dado la oportunidad a la gente de ajustarse a ambos, los expertos como Zarif tienen esperanzas.
“Cuando la gente tiene la oportunidad de probar algo, se reduce la resistencia al cambio”, según Zarif. “Como sociedad, la realidad es que avanzamos… no retrocedemos”.