La campaña de la lotería ha suscitado el escrutinio tanto de los demócratas como los republicanos de Ohio, algunos la denunciaron como una “fullería” y un “montaje” que representaba un mal uso de los recursos del gobierno.
Luego de que el estado de Ohio anunció con mucha pompa que los residentes que se pusieran al menos una dosis de alguna vacuna contra el COVID-19 podrían ganar la friolera de un millón de dólares, Jack Pepper vio que algo sorprendente sucedía en su tranquila clínica de vacunación en el campo.
Por primera vez en mucho tiempo, había una fila para entrar. Los funcionarios, que habían estado desarrollando estrategias para distribuir las dosis sobrantes, de repente estaban a tope.
“Creo que vacunamos a cerca de 400 personas en cuatro horas”, comentó Pepper, el administrador del departamento de salud en el condado de Athens, que tiene una población de alrededor de 65.000 habitantes y se ubica en el sureste de Ohio. “Adonde sea que vaya la gente me dice de broma: ‘Oye, ¿cuándo me voy a ganar mi millón de dólares?’”.
La expectativa llegó a su punto álgido el miércoles por la noche cuando la campaña de la lotería de Ohio, denominada “Vax-a-Million” (diseñada con una pícara venda en la X), anunció en televisión su primer ganador. Abbigail Bugenske, de Silverton, Ohio, cerca de Cincinnati, ganó el primer premio de un millón de dólares.
Colorado anunció su propia lotería de vacunas de 1 millón de dólares esta semana, y Oregon ofrece un premio gordo de 1 millón de dólares, además de otros de 10.000 dólares. En otros lugares, los funcionarios estatales y locales se están viendo creativos con enfoques sencillos (cerveza gratis en el condado de Erie, Nueva York) y otros más lujosos (¿alguien quiere cenar con el gobernador de Nueva Jersey?).
Todo ello pretende atraer al 40 por ciento restante de los adultos y adolescentes estadounidenses que aún no se han vacunado. Pero todavía no se sabe cuán exitosos han sido los incentivos en esta época de coronavirus, y el rutilante atractivo de las campañas de 1 millón de dólares ha suscitado un intenso debate entre políticos, economistas y funcionarios de sanidad.
En Ohio, el panorama es ambiguo. En los días posteriores a que el estado anunciara la lotería de la vacuna, el número promedio de nuevos vacunados por día aumentó hasta llegar a los 26.000, de 15.000 previos, según datos del estado, un incremento que los expertos afirman que es significativo pues a nivel nacional estas cifras están disminuyendo. Sin embargo, los aumentos se han dado sobre todo en zonas rurales, no en las ciudades más grandes del estado, y la campaña comenzó más o menos al mismo tiempo que se les permitió vacunarse a los adolescentes de 12 a 15 años, lo cual generó un nuevo interés.
Sin duda, la campaña de Ohio, que repartirá 1 millón de dólares a cinco residentes a lo largo de cinco semanas, ha generado revuelo y atención mediática. Y con justa razón: las probabilidades de ganar 1 millón de dólares en la lotería de la vacuna del miércoles, aunque son minúsculas, de aproximadamente 1 entre 2,7 millones, eran mucho mayores para los habitantes de Ohio que para los participantes asiduos de las loterías tradicionales, donde las probabilidades son más bien de 1 entre 12 millones.
Incluso ha llamado la atención de la Casa Blanca. “El gobernador de Ohio, Mike DeWine, ha descubierto un secreto”, dijo el martes Andy Slavitt, uno de los principales consejeros del presidente Joe Biden en materia del coronavirus.
Pero no todos están convencidos.
La campaña de la lotería ha suscitado el escrutinio tanto de los demócratas como los republicanos de Ohio, algunos de los cuales la denunciaron como una “fullería” y un “montaje” que representaba un mal uso de los recursos del gobierno. La lotería —que también proporcionará a cinco jóvenes, de entre 12 y 17 años, becas universitarias completas para cualquier escuela del estado de Ohio— se está pagando con dólares federales que se asignaron a los estados para ayudar a combatir el coronavirus, un uso que ha sido consentido por la administración de Biden.
Sin embargo, es dudoso hasta qué punto la posibilidad de ganar un millón de dólares está cambiando la opinión de la gente respecto a la vacunación.
En Columbus, la ciudad más grande de Ohio, el departamento de salud ha visto disminuir el interés desde abril y ahora distribuye unas 5000 vacunas a la semana. “No hemos visto un aumento significativo”, dijo Mysheika Roberts, comisionada de Salud Pública de Columbus.
Las investigaciones han demostrado que los incentivos pueden ser eficaces para aumentar las tasas de vacunación. A medida que el país se divide entre los que ya se han vacunado y los que se oponen rotundamente, los expertos dicen que técnicas como la lotería se dirigen a un tercer grupo: los indecisos en el medio, que, tal vez ,hayan estado considerando vacunarse, pero no había sido una prioridad para ellos.
“Las técnicas de cambio de comportamiento más eficaces no tratan de persuadir a la gente ni cambiar sus experiencias sociales”, afirmó Noel Brewer, profesor de comportamiento sanitario de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill. “Más bien, se basan en las buenas intenciones que la gente ya tiene”.
No obstante, a algunos les preocupa que un millón de dólares pueda ser demasiado.
Uri Gneezy, economista del comportamiento de la Universidad de California, en San Diego, que estudia los incentivos, dijo que una lotería de vacunas como la de Ohio podría generar expectación y entusiasmo, pero advirtió que ofrecer demasiado dinero podría resultar contraproducente.
Imaginen una situación, dijo, en la que una facultad de medicina está haciendo pruebas con una nueva crema y les ofrece 50 dólares a las personas para participar. Ahora supongamos que la facultad ofrece 50.000 dólares.
“Entonces dices: ‘Espera, espera, ¿en qué me estoy metiendo?’”, comentó. Una cifra tan grande como un millón de dólares, dijo, podría enviar sin querer una señal a algunos de que las vacunas conllevan problemas.
Brewer también está a favor de un pago menor. “Los 25 dólares son para que haya un mayor alcance”, expresó. “Un millón de dólares son una manipulación”.
DeWine, un republicano, ha defendido la idea de la lotería como un incentivo poderoso, aunque experimental, en un momento en que toda vacuna ayuda a detener la transmisión del coronavirus.
En un ensayo invitado para The New York Times publicado el miércoles, DeWine estimó que la campaña había generado más de 23 millones de dólares en publicidad gratuita para las vacunas, y citó el éxito del programa entre los jóvenes, las minorías y los residentes rurales.
“Los resultados han superado mis expectativas más descabelladas”, escribió DeWine.