El presidente de la Suprema Corte mexicana, Arturo Zaldívar, anunció este viernes que declina prolongar dos años su mandato al frente del organismo, como lo dispuso una polémica reforma legal votada por el oficialismo en el Congreso.
“Quiero informar que concluiré mi mandato como presidente de la Corte el 31 de diciembre de 2022, cuando termina el periodo para el que fui electo por mis compañeros ministros”, dijo en un mensaje a la prensa.
El cargo que Zaldívar ocupa desde 2019 se ampliaba hasta 2024 con el argumento de que con ello se conseguiría “implementar la reforma constitucional al poder judicial”, según un decreto publicado en junio para poner en marcha los cambios legales.
La reforma fue aprobada en el Congreso bicameral por Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y que goza de una cómoda mayoría en el Legislativo.
Zaldívar, considerado cercano a López Obrador, realizó una consulta al interior del máximo tribunal y reconoció este viernes que él mismo voto en contra de ampliar su mandato porque sería “inconstitucional”.
El ministro presidente informó de su decisión el jueves a López Obrador durante un desayuno privado.
En su conferencia matutina de este viernes, el presidente izquierdista dijo a la prórroga del mandato de Zaldívar se oponían “ministros del antiguo régimen” a los que acusó de estar “en contra de que se limpie de corrupción”.
La prolongación de la presidencia en la Suprema Corte fue objeto de recursos legales y de duras críticas de expertos en leyes que consideraban que el Poder Legislativo pretendía inmiscuirse en asuntos que sólo competen al Judicial.
La ley orgánica del Poder Judicial establece que los ministros del máximo tribunal seleccionan entre ellos al presidente de la Suprema Corte cada cuatro años y sin reelección.
La reforma busca combatir la corrupción y el nepotismo, fortalece la carrera judicial, mejora la defensoría de oficio e impulsa la paridad de género. El punto cuestionado era el artículo transitorio que ampliaba la presidencia de Zaldívar.