El primer ministro de Haití, Ariel Henry, denunció, en una entrevista con la AFP este lunes, un intento de asesinato en su contra durante las celebraciones de la fiesta nacional organizadas el sábado en la ciudad de Gonaïves.
“Han intentado algo contra mí, personalmente”, afirmó el jefe de gobierno haitiano, quien dirige la nación desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse por un comando armado el 7 de julio.
“Mi vida está en el punto de mira de la gente”, agregó.
Enfrentamientos entre la policía y grupos armados estallaron el sábado durante la celebración de la fiesta nacional en Gonaïves, a 150 km al norte de la capital, Puerto Príncipe.
Bajo ráfagas de disparos, Henry y los oficiales presentes se vieron forzados a abandonar precipitadamente la ciudad donde se firmó la declaración de independencia de Haití, el 1º de enero de 1804.
En fotos transmitidas a la AFP por su gabinete, se ve un impacto de bala en el parabrisas del vehículo blindado del primer ministro.
A finales de diciembre, grupos de ciudadanos y miembros de bandas armadas de Gonaïves, la tercera ciudad más grande de Haití, expresaron de forma violenta su oposición a la llegada del mandatario.
“Yo sabía que yo corría ese riesgo”, confirmó Henry por teléfono.
“No se puede aceptar que bandidos del entorno que sean, por motivos despreciablemente pecuniarios, quieran chantejear al Estado”, indicó, denunciando un “chantaje electoral”.
El asesinato, hace seis meses, del presidente haitiano en su residencia privada amplificó la profunda crisis política en la que el país caribeño está inmerso desde hace años.
Sin un parlamento funcional desde dos años y con un poder judicial paralizado por la ausencia de jueces en la mayor corte del país, la población haitiana se enfrenta cotidianamente al aumento del poder de las bandas delictivas, que multiplican los secuestros en total impunidad.