Decenas de miles de indígenas indonesios corren el riesgo de ser expulsados de sus tierras por la construcción de una nueva capital en Borneo, isla que alberga una de las mayores selvas tropicales del mundo, advirtió el viernes un grupo humanitario.
Al menos 20.000 personas pertenecientes a 21 grupos indígenas viven en esta zona, según la Alianza de Pueblos Indígenas del Archipiélago (AMAN), que afirmó que las leyes que permiten el traslado de Yakarta no protegen suficientemente los derechos que esas comunidades tienen sobre la tierra.
El grupo lanzó esta advertencia después de que el Parlamento aprobara el martes el traslado de la capital. La nueva ciudad ocupará más de 56.000 hectáreas en la provincia de Kalimantan Este, en la isla de Borneo, que se dividen Indonesia, Malasia y Brunéi.
Según lo planeado, la nueva capital política, que se llamará “Nusantara” (“archipiélago”), se construirá a unos 2.000 kilómetros de Yakarta, que, a su vez, debería seguir siendo la capital económica. Nusantara se construirá por etapas hasta 2045.
“El proyecto va a desencadenar problemas, como la confiscación de las tierras consuetudinarias y la criminalización de las poblaciones indígenas cuando estas defiendan sus derechos”, declaró el viernes a la AFP Muhamad Arman, director de la política, del derecho y la defensa de los derechos humanos de la AMAN.
“También perderán sus empleos tradicionales, como la agricultura”, añadió.
Los datos recopilados en 2019 por la asociación atestiguan que al menos 13 tierras consuetudinarias, administradas por indígenas, se encuentran en la nueva capital.