Los países occidentales golpean donde más duele, el sector financiero, objetivo de las medidas para sancionar a Rusia tras su invasión de Ucrania.
Se trata de “cortar todos los vínculos entre Rusia y el sistema financiero mundial”, explicó el viernes el ministro francés de Economía Bruno Le Maire, antes de una reunión con sus homólogos europeos en París sobre esta crisis.
¿Qué medidas ?
Tras un primer tren de sanciones en especial contra el entorno de Vladimir Putin, la Unión europea quiere ahora limitar drásticamente el acceso de Rusia a los mercados de capitales europeos.
No se conoce el detalle de las medidas, pero serían similares a las ya adoptadas por Reino Unido, que prevé impedir a empresas públicas y privadas levantar fondos en su territorio y limitar la sumas que los rusos pueden poseer en sus cuentas bancarias británicas.
Washington ya ha actuado contra ciertos actores financieros, entre ellos los dos principales bancos rusos, Sberbank y VTB Bank.
“Excluir a un banco del sistema financiero estadounidense equivale a impedirle efectuar pagos en dólares” explica Stephen Le Vesconte, abogado del gabinete Linklaters.
¿Cuán lejos van?
No mucho, según el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. “La presión sobre Rusia debe aumentar” tuiteó.
Por ejemplo, los países occidentales no han cortado a Rusia de la red bancaria Swift, que permite recibir o emitir pagos en todo el mundo. “Es nuestra última opción” dijo Le Maire.
Rusia dispone de reservas de cambio de unos 640.000 millones de dólares, al 18 de febrero (el doble de lo constatado en 2014, según una nota de Natixis), y de un fondo soberano de 175.000 millones. Suficiente para financiar a empresas estratégicas, en gran parte públicas.
¿Qué consecuencia para los bancos occidentales en Rusia?
Varios bancos europeos tienen filiales en Rusia. Las más expuestas son la francesa Société Générale, la italiana Unicredit y la austriaca Raiffeisen Bank International.
Sufrieron el jueves en la bolsa, pero “de momento no padecen consecuencias jurídicas” explica Le Vesconte, aunque “van a operar en un país donde la divisa pierde valor, y la inflación puede aumentar drásticamente”.
Tendrán que poner de lado a sus clientes si los haberes de algunos de ellos están congelados.
En materia de contribución al volumen de negocios, “la exposición de los bancos europeos es bastante menos fuerte hoy que ante los bancos griegos en 2010”, relativiza también Éric Dor, director de estudios económicos del IESEG, interrogado por la AFP.
¿Es posible eludir las sanciones?
En la práctica, sí, responde a la AFP Julien Martinet, abogado de Swiftlitigation.
Toma el ejemplo de Irán, sometido a sanciones aún más duras, y constata que “se implementan sistemas con la instauración de un tercer pagador. Pero no es ni oficial ni aceptable para las grandes instituciones bancarias en el ámbito de la lucha contra el blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo”
Las empresas se arriesgan mucho al no respetar las sanciones. La francesa BNP Paribas fue condenada a pagar una colosal multa de 8.900 millones de dólares por haber hecho transitar de 2004 a 2012 por Estados Unidos dinero a nombre de clientes sudaneses, cubanos o iraníes.
La alternativa al dólar es destacada por los productores de petróleo como Rosneft y Gazprom Neft, que “han declarado que la opción del pago en divisas alternativas estaba incluida en varios contratos de suministro” explica John Plassard, analista de Mirabaud.
Nicolas Fleuret, especialista de la industria financiera del gabinete Deloitte, imagina la utilización de criptomonedas “como vehículo de pago” alternativo. Rusia produce cada vez más criptomonedas.