Con la llegada del verano, los suelos de varios puntos del país se cubren de un peculiar color amarillo, pintoresco por su brillantez.
Y es que desde febrero a abril, comienza el periodo de floración del árbol Handroanthus guayacan, conocido como Guayacán, un ejemplar forestal de gran vistosidad. Otras especies también pueden iniciar floración esporádicamente a mediados de enero, como el roble, el flamboyán y las jacarandas.
Pese a que Guayacán Amarillo es el más conocido, también hay guayacanes que cuentan con hojas moradas, rosa pálido y rosado. El color de su floración está definido por patrones genéticos que determinan estos tipos de caracteres como la forma y color de la flor.
Adrián Jiménez, botánico de la Dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, explicó que existen otros árboles que también florecen de color amarillo para esta época del año, pertenecientes a otros grupos taxonómicos de la familia Fabaceae cuya especie es Schizolobium parahyba, llamado comúnmente Tinecú, pero este se diferencia del guayacán en las formas de las hojas, las flores y el fruto.
Hay otro árbol llamado comúnmente Flor de Mayo, que también florece en esta época, presenta características distintas al Guayacán en las hojas, flores y forma del fruto y no deja caer sus hojas completamente en la floración.
Jiménez asegura que este árbol tiene una buena madera, por lo que suele ser aprovechada para usarse en construcciones pesadas y mangos de herramientas. “Pero las personas prefieren otro tipo de especies maderables, lo que reduce la amenaza de la especie”, enfatizó.
De hecho, hay teorías que enuncian que la Catedral de la ciudad de Panamá fue construida con madera de este árbol.
Guayacán de color rosado