Ayudados por un ejército de abogados, expertos en relaciones públicas y personal a su servicio, estos oligarcas han conseguido romper la encorsetada estructura social británica para acceder a las altas clases sociales, con sus ostentosos títulos nobiliarios, para influir en el mundo político y social del país.
El Reino Unido se ve atrapado entre su contundente discurso contra el régimen de Vladímir Putin y la importante comunidad de oligarcas rusos que han hecho de Londres su casa y que ahora pueden enfrentarse a sanciones.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ya ha desvelado una serie de medidas contra bancos y algunos oligarcas rusos por la invasión de Rusia en Ucrania, pero se enfrenta a un entramado de poderosos multimillonarios rusos que han invertido miles de millones de libras en propiedades o empresas del Reino Unido.
Ayudados por un ejército de abogados, expertos en relaciones públicas y personal a su servicio, estos oligarcas han conseguido romper la encorsetada estructura social británica para acceder a las altas clases sociales, con sus ostentosos títulos nobiliarios, para influir en el mundo político y social del país.
Con fortunas incalculables, obtenidas tras la caída de la Unión Soviética, muchos oligarcas cercanos al Kremlin han construido en Londres el llamado “Londongrad” o el “Moscow-on-the-Thames”, título éste que emula a “Henley-on-Thames”, la localidad famosa por su exclusiva regata anual sobre el río Támesis, en la que nunca faltan botellas de champán ni las coloridas pamelas de las señoras.
La poca burocracia a la hora de comprar propiedades y ayudados por un programa de “visas doradas”, aplicado hace más de diez años para atraer capital extranjero durante una difícil crisis económica, estos oligarcas inyectaron millones en el mercado inmobiliario, en barrios exclusivos como Belgravia o Chelsea (Londres), o comprando mansiones fuera de la capital británica.
Ni el escándalo por el envenenamiento del antiguo espía ruso Alexander Litvinenko en Londres en 2006, ni el intento de asesinato de los Skripal en 2018 en Salisbury, presuntamente ordenados por el Kremlin, consiguieron que los distintos gobiernos británicos se mostrasen firmes para frenar la influencia de los oligarcas.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés) estima que en el año 2020 ya residían en el Reino Unido unas 73.000 personas nacidas en territorio ruso, lo que pone de manifiesto el alcance de la presencia de esta comunidad.
El rostro más visible de estos influyentes ciudadanos es el dueño del club de fútbol Chelsea, Roman Abramovich, que desde su llegada a esa institución deportiva hace casi veinte años ha invertido más de mil millones de euros, según los medios, si bien él ha negado tener vínculos con el presidente ruso, Vladímir Putin.
El poder de los oligarcas ha llegado al mundo político. El Partido Conservador de Johnson recibió entre 2012 y 2020 más de dos millones de libras (2,38 millones de euros) de la ex banquera rusa Lubov Chernukin, esposa de un antiguo ministro de Putin.
Hay más oligarcas. Alexander Lebedev, el multimillonario ruso y antiguo agente de la ex agencia de inteligencia KGB, compró el vespertino londinense “Evening Standard” en 2009, mientras que Alisher Usmanov, que hizo su fortuna en el negocio del gas y las telecomunicaciones, tiene propiedades en el Reino Unido.
Usmanov compró una vivienda en Londres y una suntuosa mansión de estilo Tudor -Sutton Place- en el condado de Surrey, a las afueras de Londres, que llegó a pertenecer al empresario Jean Paul Getty.
El oligarca Oleg Depripaska, considerado cercano a Putin, se ha hecho con una lujosa propiedad en el súper exclusivo barrio de Belgravia, donde están las residencias de muchos embajadores.
Ahora el Gobierno de Johnson afronta presiones de otros partidos para que tome medidas contra multimillonarios rusos.
La ministra británica de Exteriores, Liz Truss, admitió hoy, en una entrevista con el “Sunday Times”, que el Gobierno prepara una lista de oligarcas a los que sancionar, pero admitió que debe proceder con prudencia por el posible impacto legal.
“Ya recibimos cartas en el Foreign Office de abogados, amenazándonos, así que tenemos que asegurarnos de que los casos estén debidamente preparados y que tengamos las pruebas correctas antes de sancionar a estas personas”, señaló Truss.
“Es por eso que lo estamos tomando paso a paso, pero estamos trabajando en esa lista negra y continuaremos sancionando a nuevos oligarcas”, agregó.
(Recursos de archivo en www.lafototeca.com. códigos: 2685815, 2685452 y otros)