No solo es una moda neoyorquina: en Illinois, una boda masiva está prevista para el próximo 2 de octubre con la meta de “casar” a 500 parejas perrunas, que se comprometerán a compartir, en alegrías y en penas, su comida, golosinas y juegos.
Hace tiempo que los perros tienen cuentas en las redes sociales y celebran fiestas de cumpleaños en el Central Park neoyorquino, pero lo último de lo último son las bodas, incluso las bodas colectivas, donde ellos aparecen ataviados con pajarita y esmoquin y ellas con vestidos caninos de novia.
No solo es una moda neoyorquina: en Illinois, una boda masiva está prevista para el próximo 2 de octubre con la meta de “casar” a 500 parejas perrunas, que se comprometerán a compartir, en las alegrías y en las penas, su comida, golosinas y juegos. Son tantos que quieren establecer un récord Guiness.
“(Reconozco que) no puedes decir las palabras perro, bodas y récord Guiness, sin una sonrisa”, comentó a Efe Leslie Allison-Seei, coordinadora del evento, que será en un parque de pelota en Villa Park, una localidad de 21.483 habitantes en Illinois.
Allison, presidenta de la Comisión de Villa Park para Unificar Vecinos, intenta superar ese récord, establecido con anterioridad en Colorado, donde en 2007 se desposaron 178 parejas de perros.
En 2008, Cleo, la pastor alemán de Allison ,se casó con su vecino Buddy, un Golden Retriever, en otro intento fallido de romper el récord de Colorado, en aquel caso en Illinois.
Tras esa experiencia con su mascota, Allison decidió organizar una boda masiva el 25 de septiembre del 2021 con la idea también de desbancar a Colorado, pero sólo logró reunir a 80 parejas, lo que atribuye al brote del ómicron.
“Aunque no se logró, todo el mundo se divirtió”, cumplieron la meta de que perros de refugios locales fueran adoptados y recaudaron dinero para los albergues de animales, comentó. Pero eso sí, las mascotas obtuvieron un “certificado de matrimonio”, disfrutaron de un pastel hecho para ellos con sabor a algarroba y “brindaron” con leche de cabra servida en copas de cóctel.
Finalmente, espera que el próximo octubre al menos mil perros (500 parejas) se den el “sí, quiero” para establecer un récord y recaudar 100.000 dólares que irán destinados a 24 organizaciones de animales de servicio y grupos de adopción locales así como para K9s for Warriors, un conocido proveedor de animales de servicio para veteranos de guerra, muchas veces necesitados de asistencia.
“Nosotros recaudamos dinero por una buena causa”, argumentó y destacó que no se permitirá vestir a las mascotas para esta ocasión, en alusión a anteriores bodas caninas, individuales o colectivas, donde no han faltado los velos de novia ni las pajaritas para ellos.
Y para aquellos que aún siguen “solteros”, el 26 de julio habrá un evento para registrarse (www.diamondsintheruffwedding.com) y socializar para conocer a su “pareja ideal”, comprometerse y tomarse una foto juntos, comentó Allison, que no ha olvidado ningún detalle; así, habrá entrenadores profesionales para evitar que haya peleas entre los canes.
“Nos divertiremos y romperemos un récord. Espero que este año podamos casar miles de perros”, en un día en que contarán con una chef que prometió viajar desde Ohio a Illinois con 100 perros y preparar el pastel para las mascotas, un pastel que tendrá 8 pies de altura (2,4 metros).
Si de récords se trata, Nueva York ya entró en el Guiness con la boda de perros más cara que se conoce: 158.187 dólares costó el enlace organizado en julio de 2012 por defensora de animales y experta en estilos de vida de mascotas, Wendy Diamond, en tributo a su fallecida perra Lucky Diamond. El negocio le salió redondo, porque recaudó 275.000 dólares.
Con el dinero se estableció la sala de cuidados intensivos Lucky Diamond en la clínica de la Sociedad Protectora de Animales de Nueva York.
Aquella fastuosa boda se celebró en el hotel Essex del Parque Central donde su perrita Baby Hope, que portó un vestido de firma valorado en 6.000 dólares, se casó con Chilly Pasternak, a la que asistieron familiares (humanos y animales) y amigos que disfrutaron de una gran fiesta y cena, sin que faltara el bufet para los “novios” y sus invitados, que incluyó varios gatos y un sapo.
Diamond explica que organizó aquella boda para concienciar sobre el cáncer canino, que se cobró la vida de Lucky, y crear la unidad de cuidados intensivos para ayudar a las personas que no pueden pagar el cuidado crítico de sus mascotas.